El Ayuntamiento ya ha informado de la medida a los propietarios y espera el visto buen del Gobierno central para llevarla a pleno
Solicitará concesiones de 15 años para dar seguridad a los negocios
El culebrón de los chiringuitos no decae. Primero fue el acuerdo con la Demarcación de Costas para que el sector pase el verano sólo pendiente de los sobresaltos que puede traerle la crisis económica. Después, el anuncio del traspaso de las competencias sobre el uso de las playas del Gobierno central a la Junta. Ahora, el Ayuntamiento toma el relevo y sigue en el tajo para regularizar la situación de estos establecimientos, santo y seña del sector turístico en la Costa del Sol. El concejal de Medio Ambiente, Antonio Espada, adelantó ayer que ya ha trasladado a los responsables de Costas el borrador con la propuesta para dar una salida a los negocios que salpican los 27 kilómetros del litoral de Marbella. Con la ley en una mano y la flexibilidad para su aplicación en la otra. En suma, el planteamiento municipal, que se basa en las múltiples reuniones mantenidas con el organismo y que en última instancia debe recibir las bendiciones del Gobierno central, pasaría por mover de su ubicación actual un total de diez de los 30 chiringuitos que están en dominio público en aquellos sitios donde hay margen de maniobra. Cinco de ellos quedarían totalmente fuera de la franja protegida por ley y los restantes sólo se trasladarían algunos metros, lo que permite la zona.
Los negocios -tres de San Pedro Alcántara, uno en Puerto Banús y el resto en Marbella- se desplazarían algunos metros o se retranquearían, adosándose dado el caso al futuro paseo marítimo en los nuevos tramos que están en proyecto. Una medida, pactada con los empresarios de playas, que permitiría adaptar a la normativa muchos de los negocios para que la sombra del desmantelamiento deje de pender sobre ellos la espada de Damocles.
Concesiones caducadas
«Se trata de que no se pierda ninguno porque son totalmente legales aunque la mayoría tienen caducadas unas concesiones que se han venido prorrogando año tras año», abundó el edil de Medio Ambiente. La propia normativa, continuó, deja una puerta abierta a que los negocios que no puedan reubicarse por falta de espacio se queden en su emplazamiento habitual. «De la arena no pueden salir porque es su hábitat natural y además porque están dando un servicio público», apuntó el concejal.
La propuesta del Ayuntamiento para cerrar un acuerdo con Costas incluye además otra petición fundamental para dar seguridad jurídica a los empresarios: que se les otorguen concesiones por quince años prorrogables de cinco en cinco hasta alcanzar las tres décadas. Este periodo sería por tanto similar al que autoriza la propia Ley de Costas para aquellas edificaciones que antes estaba fuera del deslinde pero que han quedado afectadas por los nuevos límites y donde la medida sí está regulada.
«En el momento en que Costas nos dé el visto bueno a la propuesta llevaremos la solicitud formal de las concesiones al pleno, esperamos que al de julio», explicó Espada, al tiempo que confió en que Marbella sea la alumna aventajada en ponerse al día y zanjar la polémica sobre los chiringuitos, que colea desde hace meses.
No todos los establecimientos que dan servicio a pie de playa están afectados por la nueva regulación. De los 62 que jalonan la costa, 30 están en dominio público o servidumbre, 15 se levantan sobre suelo municipal y no presentan ningún problema y 17 se han quedado en un limbo jurídico tras la aprobación de los nuevos límites que marcan la zona de dominio público. Esto es, antes estaban fuera de este espacio vetado a las construcciones y ahora dentro.
Sin respuesta
En estos casos, la fórmula pasa por acogerse a unas concesiones de uso por un periodo de treinta años prorrogable a otros treinta, una solicitud que el Ayuntamiento llevó a pleno el pasado febrero y sobre la que aún no han obtenido respuesta del Gobierno central. En el mismo pleno se dio curso también al Plan de Aprovechamiento Temporales y Fijos de Playas de Marbella para este ejercicio. Bajo su paraguas se engloba la actividad tanto de chiringuitos como de hamacas y de zonas de actividades náuticas para que trabajen este verano.
De todos los negocios ubicados en el frente litoral de Marbella, tres cuentan actualmente con una concesión en vigor con plazos que vencen entre 2010 y 2016. Caso aparte son los dos chiringuitos que no cuentan con ningún tipo de permiso, ni siquiera municipales, y que tendrán que ser desmantelados, según anunció Espada.
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