Las tarifas oscilan entre 400 y 550 euros para viviendas inferiores a los cincuenta metros cuadrados. La bajada registrada en el último año fue del diez por ciento, apenas un tercio de la experimentada en compraventa
LUCAS MARTÍN. MÁLAGA A pesar del traspiés del mercado inmobiliario y de la crisis económica, el alquiler de viviendas en Málaga prosigue en raseros casi prohibitivos. Especialmente, para las economías modestas y la ingente cantidad de mileuristas que buscan un apartamento pequeño en lugares como el Centro, donde los precios rara vez bajan de los 450 euros al mes. Según los especialistas, las rentas han caído un diez por ciento en el último año, lo que no impide que su horquilla se sitúe en valores que exigen 500 euros por espacios que no rebasan los cincuenta metros cuadrados.
Ana María Narváez, directora de la Asociación de Usuarios del Mercado Inmobiliario, tiene una visión clara y contundente. El alto precio de los alquileres es la herencia de una cultura desorbitada. Los arrendamientos, dicen, han bajado, pero siguen estando por las nubes porque su precio era desmesuradamente alto.
Las tres inmobiliarias consultadas por este periódico, Lusán, Martínez y Krauel, coinciden en su análisis sobre la evolución del mercado. Por menos de cuatrocientos euros al mes resulta casi imposible procurarse un apartamento en Málaga. Eso significa que un piso de alrededor de cuarenta y cinco metros cuadrados representa poco menos que la mitad del salario de la mayoría de los trabajadores menores de cuarenta años. El cincuenta por ciento de la nómina para la casa, principio que casi disuade y ruboriza.
La situación no parece que se vaya a modificar en los próximos meses. Los emolumentos no están en su mejor momento y el precio de los alquileres desciende a un ritmo tres veces inferior al del mercado de la compraventa, que bajó un treinta por ciento durante el último año. Ninguno de los especialistas prevé grandes cambios: "Se trata de un sector muy estable, si se abaratan, que lo dudo, será casi imperceptible", puntualiza Juan de Dios Luque, administrador de Lusán.
El descenso de los alquileres, por muy tibio que resulte, es la consecuencia directa de la multiplicación de la oferta, que, en palabras de Lourdes Caro, asesora de Martínez, se ha triplicado en apenas doce meses. La razón hay que buscarla en los titubeos del mercado inmobiliario, que ha hecho que muchos propietarios se resignen a no encontrar compradores y apuesten por arrendar sus casas.
Pero que proliferen los carteles no quiere decir que haya más clientes. El precio del metro cuadrado ha subido un 1,4 por ciento en los últimos seis meses en Málaga, de acuerdo con los datos facilitados por el portal Idealista.com, que, no obstante, habla de un descenso de 7,6 puntos en el caso de los alquileres del Centro. El promedio es de alrededor de diez euros por cada metro, lo que, lógicamente, no inspira la gestación de grandes colas en las oficinas inmobiliarias. "La demanda no ha crecido demasiado, muchos optan por regresar a sus casas y vivir con sus padres", resalta Rodrigo Garret, administrador de Krauel. El panorama de los arrendamientos en Málaga no dista mucho del de otras capitales de provincia. María Elena Narváez incide en que sus tarifas prosiguen en los valores medios del país, superiores a las de capitales de menor pujanza demográfica como Jaén o Zamora pero por debajo de zonas como Madrid, Barcelona o Bilbao.
Otra cosa es la comparativa con el resto de países de la Unión Europea y de buena parte de América Latina, donde la proporción entre salario medio y alquiler es, en multitud de ocasiones, más generosa que en España. Incluso, en el apartado de los estudios o apartamentos, que lejos de revelarse en una fórmula económica, suponen un coste más elevado que otras modalidades de vivienda, sobre todo, si se ponderan los valores por metro cuadrado. Así, señala Idealista.com, la diferencia en la capital de la provincia entre este tipo de soluciones habitacionales y el resto de pisos se sitúa en más de un treinta por ciento. Lo pequeño, metro a metro, no resulta, ni mucho menos, más barato.
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