miércoles, 22 de julio de 2009

El convento del Perchel se salva gracias al arte y la historia (La Opinión)

Los políticos unen sus fuerzas para recuperar el convento de San Andrés, el mismo que hace una década estuvo ´al pique de un repique´


ALFONSO VÁZQUEZ Ocurre en casi todas las ciudades del litoral español, salvadas del anonimato y la decadencia económica gracias al turismo y la construcción. En ellas, el patrimonio artístico e histórico ha permanecido en un tercer plano el último medio siglo, junto con otras materias como el patrimonio industrial o el respeto por el paisaje.
Todos estos conceptos no sólo han sido ignorados sino, en muchas ocasiones, simbólicamente ´arrasados´. En Málaga, los ejemplos dan para llenar la Enciclopedia Británica.
De estas ciudades costeras de tercera regional han surgido ciudades modernas y pujantes que en la transformación se han dejado buena parte de sus monumentos y la personalidad, hasta el punto de parecer todas la misma ciudad, con su horrendo frente marítimo de bloques y escasez de zonas verdes. ¿Una advertencia al turismo de calidad para que no vuelva?
Nuestro bravío Ayuntamiento, como corresponde a una ciudad bravía como la nuestra, quiso tirar el convento del Perchel hace una década. Fueron los vecinos quienes frenaron la destrucción de esta maltratada obra del siglo XVI.
La acción vecinal evitó que donde hoy se ´recupera´ el convento no se levante una insulsa promoción de viviendas con tabiques 30 veces más ligeros que los de la estructura carmelita o cualquier otro invento.
Diez años más tarde, podemos decir que el cíclico ataque de ´burricie´ que afecta a nuestras administraciones ha cesado con lo que respecta al convento del Perchel y hay que subrayar con alegría que nuestro Ayuntamiento ha desterrado con creces la afrenta. Como hace unos día publicó La Opinión, el arreglo del refectorio carmelita (el antiguo comedor de los frailes) no tiene vuelta atrás. Lo veremos el año que viene, cuando albergue el centro de interpretación de Torrijos, del que se hará cargo la combativa asociación histórica cultural Torrijos, además de partir de este colectivo la atractiva iniciativa.
Además, se ha presentado un interesante proyecto para convertir el resto del convento en un Museo de la Arquitectura y el Diseño Moderno. La novedad de la oferta está fuera de toda duda. Fue a comienzos de los 90 cuando el MOMA de Nueva York empezó a realizar retrospectivas de arquitectos y el primer museo exclusivamente de arquitectura se inauguró hace un par de años en las afueras de París.
Málaga sólo puede dejar atrás su pasado de ciudad turística construida con pocos criterios cívicos con proyectos de este tipo. Entre echar abajo un convento del siglo XVI y rehabilitarlo con una buena oferta cultural no hay sólo diez años de por medio sino casi una ´evolución genética´ del, por regla general, ´bravío´ político malagueño. Enhorabuena.

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