viernes, 24 de julio de 2009

«El lunes van a echar abajo los ahorros de toda mi vida». Cártama (SUR)

El Ayuntamiento de Cártama anuncia la demolición de una vivienda en suelo rústico por orden de un juzgado. Sus propietarios lamentan la arbitrariedad de la Justicia mientras a su alrededor se han levantado auténticas mansiones
«El lunes van a echar abajo los ahorros de toda mi vida»
Francisco Sánchez muestra la casa que construyó hace quince años y que ahora han ordenado derribar. / J. J. B.
«El lunes echan mi casa abajo», se lamenta un apesadumbrado Francisco Sánchez. Con casi 70 años, varias operaciones y dos naufragios a sus espaldas, a este marinero retirado le ha sobrevenido en tierra la peor noticia: la destrucción de lo que él mismo define como «los ahorros de toda una vida».
Hace 15 años que su esposa y él decidieron buscar un nuevo hogar alejado de su habitual residencia de El Palo y de la mar, causante en buena parte de los problemas de bronquitis de Francisco. Por eso compraron un pequeño terreno en Cártama e invirtieron su escaso patrimonio en la construcción de una casa que ahora parece tener los días contados. El Ayuntamiento del municipio ha anunciado que el próximo lunes tiene previsto proceder al derribo del inmueble, de unos cien metros cuadrados. El concejal de Urbanismo, Jorge Gallardo, explicó que la medida ha sido ordenada por un juez tras concluir un expediente que se inició hace ya 12 años por un supuesto delito contra la ordenación del territorio, ya que el terreno, situado en la zona de la Dehesa Alta, está calificado como suelo no urbanizable de protección especial.
Desde 1997, cuando se inició el expediente, se han sucedido las reclamaciones, los recursos y los pronunciamientos judiciales, hasta que, según indicó el concejal, el pasado mes de junio el juzgado dictó un nuevo auto instando a la demolición de la vivienda en un plazo de 30 días. En ese mismo auto se apercibe al Consistorio de que incurriría en un delito de desobediencia si no ejecuta la medida.
«Pero si tiran mi casa tendrían que tirarlas todas porque aquí hay auténticas mansiones», se lamento Francisco Sánchez mientras mira a su alrededor. En la Dehesa Alta y otros parajes de Cártama, las casas en suelo rústico se suceden una tras otra. Ayer mismo, este pensionista con cuatro hijas y siete nietos se plantó en la Ciudad de la Justicia para hablar con el juez que ha ordenado el derribo. «No me quiso recibir», afirma.
Los propietarios quieren que al menos se espere a que se resuelva la petición de indulto que ya han cursado. Hasta entonces creen que sus sueños deberían seguir en pie.

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