viernes, 24 de julio de 2009

El plan de las desavenencias (La Opinión)

La Junta de Andalucía aprueba hoy el PGOU de la capital con el rechazo de varios proyectos del Ayuntamiento. Políticos, arquitectos, sindicatos y urbanistas opinan sobre su repercusión



SERGIO SÁNCHEZ. MÁLAGA Ha sido un periodo largo, arduo y aparatoso el que ha tenido que pasar el actual Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Málaga hasta ser aprobado hoy por la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Junta de Andalucía, aunque ésta se haya mostrado reacia a incorporar varios proyectos que el Ayuntamiento de la capital de la Costa del Sol tenía en mente. Zonas como Arraijanal, Limonar Alto o los terrenos donde la Administración municipal plantea el nuevo colegio de los Maristas han sido objeto de una profunda falta del diálogo entre ambas instituciones.
Cansado de tratar con el Gobierno andaluz, el regidor, Francisco de la Torre explicó ayer que si el Consistorio entiende que se llega a producir un "atentado contra la autonomía municipal", se analizará detenidamente la posibilidad de acudir a los tribunales. Claro que el proceso retrasaría algunos puntos del plan urbano, pero ya se ha vuelto a ver últimamente el distanciamiento que existe con la Junta de Andalucía.
Sin embargo, no es sólo el alcalde el que se opone a esta situación, sino que algunos sectores de la sociedad malagueña no ven con buenos ojos el freno a algunos de los planteamientos urbanísticos que se incluían en el PGOU. Por su puesto, los populares respaldan la postura del equipo de Gobierno. En su contra se muestran por ejemplo CCOO –quien opina que el plan sel Ayuntamiento hipoteca el futuro de Málaga –, o algunos arquitectos, que ven que debería plantearse el plan desde una visión más territorial en lugar de una postura local.

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