martes, 24 de noviembre de 2009

Un futuro de más vientos y olas (La Opinión)

Un informe que será presentado ante la UE alerta de que el urbanismo debe adaptarse a un nuevo clima. En el litoral mediterráneo habrá cambios en las mareas y en las borrascas


Oleaje. Pescadores en Huelin en uno de los temporales de los últimos años.
Oleaje. Pescadores en Huelin en uno de los temporales de los últimos años. L.O.

LA OPINIÓN. SANTANDER Las ciudades costeras de Europa tendrán que adaptar sus infraestructuras para el desafío que supone el cambio climático, que no sólo se está traduciendo en un paulatino incremento del nivel del mar, sino también en mayores niveles de oleaje, cambios en el viento y condiciones meteorológicas distintas. Éstos son algunos de los avances del estudio sobre los efectos del cambio climático en la costa del viejo continente que el Consejo de Europa ha encargado al Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria y al Ayuntamiento de Santander, y del que ayer se ofrecieron unas primeras impresiones.
El director del Instituto de Hidráulica de la Universidad de Cantabria (UC), Íñigo Losada, señaló que las ciudades costeras de Europa, en las que residen 70 millones de personas, se enfrentan a una situación "compleja", porque sus infraestructuras no están diseñadas para soportar estas nuevas condiciones climáticas y deben "adaptarse".
Losada dijo que para ello se tienen que evaluar todo tipo de infraestructuras, como las de saneamiento, transporte, alcantarillado, abastecimiento energético y de agua, y analizar "cómo pueden verse afectadas por el nuevo clima".
"En todas las ciudades del mundo se está observando que existe una clara necesidad de tener en cuenta el cambio climático como elemento fundamental de la planificación territorial", apostilló.
El director del Instituto de Hidráulica Ambiental explicó que la costa atlántica europea está afectada, en general, por los distintos fenómenos que exponen en su informe. En el caso del Mediterráneo, el principal efecto se observa en el cambio de las mareas meteorológicas, es decir, en un aumento del nivel del mar provocado no tanto por el calentamiento global y el deshielo como por el cambio en las borrascas.
El experto apuntó que se está viviendo una "intensificación" de este tipo de eventos en las costas e insistió en que es necesaria una política de adaptación que comience por estudiar la capacidad de las infraestructuras de adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.
A nivel mundial, subrayó, es necesario tener en cuenta el cambio climático en la planificación territorial, incluidos los planes generales de ordenación urbana. "Antes veíamos el cambio climático como algo lejano, pero ahora lo vemos cada vez más cercano, y en el horizonte de 20 años en el que se planifica el territorio, vemos que el clima está cambiando", comentó.

Informe en Estrasburgo. Losada presentó junto al alcalde de Santander y presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Federación Española de Municipios y Provincias, Íñigo de la Serna, algunos detalles sobre este informe preliminar, que será expuesto el próximo 1 de diciembre, en Estrasburgo (Francia).
El alcalde incidió en que el informe pretende que en el marco del Consejo de Europa se "abandone" la idea de que el efecto del cambio climático se traduce principalmente en la elevación del mar y que se incorporen otros efectos adicionales meteorológicos, como el cambio del viento y la presión atmosférica, o las modificaciones en la dirección y la altura de la olas.
De la Serna señaló que el informe presenta dos líneas generales de trabajo, una dirigida a la adopción de políticas para la prevención contra las emisiones de gases y otra para la adaptación y mitigación del cambio climático, como obras de protección y reubicación de infraestructuras.
El objetivo es que el documento final tenga ocho o diez recomendaciones para que las entidades locales las adopten en sus políticas de gestión frente al cambio climático, aunque ayer se rehusado adelantar ninguna de ellas.

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