martes, 8 de marzo de 2011

El arquitecto de Las Delicias (SUR)

Este vecino de Carretera de Cádiz construye réplicas de edificios municipales en un pequeño taller de barrio Francisco Martos ha recreado decenas de monumentos andaluces en madera
08.03.2011 -
NOEMI R. NAVAS nrodriguez@diariosur.es
MÁLAGA.

El arquitecto de Las Delicias
Francisco Martos muestra las maquetas de la Torre de la Catedral, la Giralda, la Torre del Oro y el Consulado de Portugal. :: N. R. N
A sus 71 años y casi sin esperarlo, Francisco Martos dice haber encontrado su verdadera vocación: construir réplicas de edificios municipales. «Más vale tarde que nunca, disfruto muchísimo con esta afición. Me ha dado fuerzas para seguir adelante porque la jubilación iba a acabar conmigo», explica este técnico de electrodomésticos retirado. Una depresión le llevó a desarrollar nuevas aficiones. Fue entonces cuando decidió desempolvar sus apuntes de Bellas Artes y sacarle provecho. «Al jubilarme todo cambió, no me gustaba mi vida sin trabajo hasta que me centré en la maquetería», comenta.
Desde hace doce años, Francisco ha convertido su pequeño local de Las Delicias, en Carretera de Cádiz, en un taller donde construye auténticas obras de arte elaboradas con materiales cotidianos.
El Ayuntamiento de Málaga, el Banco de España, la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús o la plaza de España son algunos de las construcciones a las que ha dado réplica con paciencia e imaginación.
«En algunas he empleado casi dos años, dependiendo de sus dimensiones. En total dedico seis horas diarias a la maquetería. Lo importante para este trabajo es tener tiempo y yo tengo todo el del mundo», bromea Francisco mientras explica su modus operandi. «Aprovecho los viajes y las escapadas para fotografiar edificios bonitos y, aunque no puedo hacer todos los que me gustaría, los tengo en la recámara. Una vez fotografiados tomo medidas y calculo sus proporciones para incluir todos los detalles posibles», señala. Primero, Francisco se ha centrado en Málaga y Sevilla, «una la ciudad donde vivo y la otra donde nací».
Ahora, el Centro Cívico
Su taller da cobijo a la Catedral de Málaga, El Costurero, la iglesia del Corpus Christi, el Consulado de Portugal, la Giralda, la Torre del Oro y el Centro Cívico, el edificio en el que ahora trabaja.
La base de sus creaciones es la madera sin hacer ascos a ningún otro material. «Todo se puede reciclar. Los edificios están compuestos por pvc, corcho, cartón, servilletas y hasta espaguetis que dan forma a balaustradas, ventanas o tejados. Basta con mirar las posibilidades que tenemos a nuestro alrededor», dice el artista, que ha llegado a emplear en sus réplicas más de 5.000 piezas, como la maqueta de la plaza de España, con más de dos metros de longitud.
Aunque nunca se ha planteado negociar con sus preciadas maquetas, Francisco se presta a escuchar ofertas, eso sí, sin ponerles precio. «Si alguien está interesado en alguna que valore cuánto puede costar según el trabajo que tiene y hablaremos. No me considero un coleccionista. Si las vendo mejor, así gano espacio en el taller», comenta. Y es que en su local también alberga cientos de lienzos al agua y al pastel con los que se inició de joven en la pintura.
El artista se muestra muy satisfecho por la acogida que han tenido sus obras en el barrio, ya que su taller, en la calle Pintor José Ribera, se ha convertido en parada obligatoria de muchos viandantes. «Los vecinos vienen a ver en qué estoy trabajando y me preguntan las técnicas que uso. Para mí es un placer poder mostrarles mi trabajo y desarrollarlo en mi barrio de toda la vida», concluyó.

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