martes, 8 de marzo de 2011

Una casa a 'pedazos' (Málaga Hoy)

Los vecinos del número 6 de la calle Rosal Blanco de la capital denuncian que el edificio se está derrumbando sin que la propiedad haga nada

RAQUEL GARRIDO / MÁLAGA | ACTUALIZADO 08.03.2011 - 01:00
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En otros tiempos fue un concurrido edificio donde unas ocho familias vivían modesta pero cómodamente. Hoy en día sus dos únicas inquilinas viven un auténtico infierno en la que a pesar de las condiciones en las que se encuentra tratan de seguir manteniendo su hogar. Pero el paso del tiempo y el abandono absoluto al que está sometido el inmueble se han convertido en dos enemigos a batir demasiado resistentes como para ganarle la partida.

Carmen Sarmiento tiene 70 años, los mismos que lleva viviendo en el número 6 de la calle Rosal Blanco del centro histórico de la capital. Conoce al detalle la historia de este edificio donde además también nació su madre en 1908 y vivió durante toda su vida. Como oro en paño, guarda un amarillento contrato de arrendamiento de la vivienda que firmó su madre y que ella ha mantenido desde que murió como prueba de los derechos que considera que tiene para "vivir en una condiciones dignas".

Paga religiosamente 72 euros al mes por una casa que literalmente se cae a pedazos. La humedad ya ha hundido parte del techo de una de las habitaciones y el miedo de derrumbe se apodera de Carmen cada vez que llueve. "Esto es horroroso y no hay derecho a vivir así", dijo ayer entre lágrimas. A su edad y sus pocos recursos económicos no tiene muchas opciones dónde vivir, aunque sí tiene muy claro que no quiere seguir más tiempo en esa situación.

Más de doce años llevan denunciando el lamentable estado del edificio, que ahora pertenece a los herederos de María Victoria Prados -la difunta madre del alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre-, pero hasta ahora "ninguna administración ha hecho nada y otra vez se antepone la burocracia a la seguridad de las personas". Así lo aseguró ayer el Defensor del Ciudadano, Francisco Gutiérrez, que visitó el inmueble para conocer de primera mano las condiciones en las que viven los inquilinos que aún quedan en el interior.

Manoli Rivera y sus hijos, de 19 y 6 años, son el resto de los vecinos que viven en este edificio ruinoso en el que "además tenemos que convivir con okupas". Aparte del riesgo de derrumbe, los vecinos tienen que convivir con el miedo de que la humedad y la lluvia que se filtra termine afectando a los contadores que están sin cubrir.

La Gerencia Municipal de Urbanismo explicó que el edificio se encuentra dentro de una de las unidades de expropiación incluidas en el convenio firmado entre Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga para la rehabilitación del centro mediante la expropiación de parcelas y la construcción de las conocidas como tecnocasas. Según su versión, hace más de un año que se notificó a la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (Epsa) el acta de mutuo acuerdo para la adquisición de la finca, si bien "todavía no se ha obtenido respuesta ni el pago del justiprecio acordado por parte del Gobierno regional".

El problema es que el tiempo juega en contra de estos vecinos.

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