viernes, 22 de mayo de 2009

El María Cristina recupera su esplendor original (La Opinión)


La renovada sala de conciertos Carlos Criado

El auditorio regresa a su imagen primigenia, aunque con unas instalaciones de última generación

J. ZOTANO. MÁLAGA Al entrar al recién restaurado Antiguo Real Conservatorio María Cristina, ahora Sala María Cristina, la sensación es mágica. El esplendor de las salas del auditorio, durante años ocultas bajo una remodelación realizada en 1975 para salvarlo de la ruina, trasladan hoy al visitante a aquella Málaga del siglo XIX en la que Eduardo Ocón estaba al frente de la Sociedad Filarmónica. 
Deslumbra en la actual Sala María Cristina el colorido original de los frescos de Denis Belgrano y Martínez de la Vega, así como la recuperación de los estucos de la sala de conciertos, aunque este sabor decimonónico en lo externo está sustentado por una remodelación de última generación en lo referente a la accesibilidad, insonorización y ventilación. El trabajo de restauración y rehabilitación, en el que Unicaja ha invertido en torno a 3,5 millones de euros, ha servido también para ampliar el alcance actual del recinto, al recuperar el resto del edificio para fines didácticos y expositivos. 
En los siete meses en los que han trascurrido las obras se ha conseguido poner en valor las paredes, suelos y todos los elementos arquitectónicos y pictóricos de este edificio del siglo XV que posee una de las acústicas más destacadas de España. Por ello, se ha respetado en lo máximo posible elementos como los asientos del patio de butacas, que aunque son completamente nuevos poseen las mismas características que los originales. 
El salón de conciertos también ha visto eliminadas sus puertas y cortinas para dar paso a una gran puerta de metacrilato que permite que se vislumbre la sala desde la entrada y que ésta quede herméticamente insonorizada. "Se ha hecho una intervención conservacionista. La sala de conciertos ha pasado de tener 388 butacas a 364, para hacer así un pasillo más ancho y cómodo, y para dejar espacio a los discapacitados", indicó el director de la Obra Social Unicaja, Felipe Faraguna.
En la primera sala, la Mudéjar, se han retirado todos los muebles y el artesonado de madera del techo, así como el zócalo de las paredes, ha sido tratado para su mayor lucimiento. En la intervención de la siguiente estancia, la sala de los Espejos, se ha recuperado una pintura que representa una alegoría de la música realizada por el artista José Nogales Sevilla.
Faraguna señaló que durante la restauración, se ha tenido "especial cuidado" con la decoración de los espejos, que cuentan con pinturas de guirnaldas y flores pintadas sobre los propios cristales para disimular las grietas causadas por el devastador terremoto de 1884.
Por su parte, el arquitecto responsable de las actuaciones, Rafael de Lacour, apuntó que bajo el salón de conciertos se excavó hasta un metro de profundidad para colocar los conductos de aire acondicionado y calefacción, "lo que permitirá que la sala pueda abrir los 365 días del año". Cada uno de los asientos tiene una salida de aire e igualmente se ha dejado espacio entre las bóvedas del edificio y los frescos del techo para evitar filtraciones y conservar las pinturas.

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