miércoles, 2 de diciembre de 2009

Un gran aparcamiento para la zona más turística de Málaga (La Opinión)

La calle Císter alberga un ´parking´ para motos que excede a diario la longitud autorizada y dificulta el paso de cientos de turistas y residentes

Cartel de la subasta benéfica en Doña Pepa. El pintor alemán afincado en Málaga Marco Bombach ha sido el autor del cartel de la subasta a beneficio de la Fundación Cudeca y de Cáritas Diocesana, que fue presentado ayer por Félix Gutiérrez en el salón de actos de Unicaja, en la Acera de la Marina. La tradicional subasta benéfica, organizada por Fernando Joyeros, tendrá lugar el sábado, 12 de diciembre, a las 21 horas en el restaurante Doña Pepa de la Malagueta. Pintores como Revello de Toro, Chicano, Alberca o el propio Bombach han donado sus obras, a las que se sumarán piezas de joyeros de toda España a muy buen precio.
Cartel de la subasta benéfica en Doña Pepa. El pintor alemán afincado en Málaga Marco Bombach ha sido el autor del cartel de la subasta a beneficio de la Fundación Cudeca y de Cáritas Diocesana, que fue presentado ayer por Félix Gutiérrez en el salón de actos de Unicaja, en la Acera de la Marina. La tradicional subasta benéfica, organizada por Fernando Joyeros, tendrá lugar el sábado, 12 de diciembre, a las 21 horas en el restaurante Doña Pepa de la Malagueta. Pintores como Revello de Toro, Chicano, Alberca o el propio Bombach han donado sus obras, a las que se sumarán piezas de joyeros de toda España a muy buen precio. La Opinión

ALFONSO VÁZQUEZ Que en Málaga los políticos adolecen de una ‘visión de conjunto’ es un problema casi centenario que conocen hasta los pinsapos.
Sin la necesidad de ser un cargo de confianza, de esos bien pagados de sí mismos, basta con darse una vuelta por los rincones más visitados de Málaga para constatar problemas evidentes para todos, salvo para el equipo de gobierno de turno.
Ahí tenemos, por ejemplo, el aparcamientos de motos de la calle Císter, uno de los mayores chollos de la Península Ibérica, pues además de ser gratuito, uno puede vivir en los Madriles, dejar su trasto aparcado hoy y recogerlo sin problemas en agosto.
Parece que la voz se ha corrido y cada día son cacharros de mayor cilindrada los que se dejan varados en este parking, que lógicamente se ha quedado pequeño. Pero ¿acaso este problema, irresoluble en Alemania, supone un obstáculo para nosotros? Ni hablar de la peluca, de tal forma que, en la práctica, el aparcamiento de motos ocupa a diario el doble de lo permitido, con una quincena de motazas de propina, hasta llegar a la calle Pedro de Toledo, y porque todavía no se atreven a dejarlas en ese cruce y seguir hasta las puertas del Gálvez. Todo llegará.
Mientras que en otras ciudades turísticas estos detalles se cuidan ‘al detalle’, valga la redundancia, nuestras autoridades todavía no se han caído del guindo.
El resultado es de un cutrerío asombroso para la sexta ciudad de España. A la espalda de la Catedral, en la vía de acceso al Museo Picasso, turistas y cruceristas tienen que ‘mal andar’ por la acera, casi siempre ocupada en parte por este rebaño creciente de motos, algunas de un tamaño proporcional al del Queen Mary.
¿No puede colocarse este parking-chicle en un lugar menos vistoso y molesto? O en todo caso, si esto fuera materialmente imposible, ¿no puede controlarse más la picaresca autóctona que se adueña de toda la calle?
Visión de conjunto es además la, otras veces subrayada, estampa cutre del solar de la Judería en la calle Granada. ¿Por qué nadie instala las mismas fotografías propagandísticas de las obras de la calle Alcazabilla en este solar mugriento que ya exhibe una valla metálica hundida?
Misterios de la ‘vida política’ local, más centrada en el Málaga Valley que en este ‘valley’ de lágrimas. Mañana hablaremos de la calle Alcazabilla, otra calle falta de ‘detalles’.

Senos
Uno de los mapas oficiales que el Instituto Español Oceanográfico tiene del mar de Alborán y que fue publicado hace dos años muestra en Málaga la denominación popular y no la oficial de un famoso accidente geográfico, que está inmortalizado como ‘Tetas de Málaga’.
Los dos cerros del monte de San Antón reciben esta denominación desde tiempo inmemorial, pero resulta curioso que un mapa oficial recoja esta acepción popular considerada por algunos políticamente incorrecta.

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