miércoles, 23 de febrero de 2011

El Guadalmedina se convierte en un aliviadero de aguas fecales (SUR)

La desembocadura del río acoge periódicamente la porquería que no es capaz de bombear una estación del puerto
23.02.2011 -
JESÚS HINOJOSA jhinojosa@diariosur.es
MÁLAGA.

El Guadalmedina se convierte en un aliviadero de aguas fecales
Algunos vecinos están recogiendo firmas para llevar la denuncia por los malos olores al Ayuntamiento. :: ÁLVARO CABRERA
Los vecinos del entorno de la desembocadura del Guadalmedina están desesperados. Como ya informó este periódico (ver SUR 12/1/2011), raro es el día que no tienen que soportar el fuerte hedor que desprende el agua de este tramo del cauce. Sin embargo, la causa principal de esta circunstancia no está en que el agua se quede estancada o que dejen de funcionar las turbinas que el instaló el Ayuntamiento a la altura del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) para bombear el líquido elemento desde el final de la desembocadura y evitar que se quede parado. El problema de raíz reside en la existencia de un aliviadero de aguas fecales a mediación de la calle Pasillo del Matadero que vierte en el río toda la porquería que procede del saneamiento de las casas.
Este aliviadero se pone en marcha periódicamente, coincidiendo con los días de lluvia. Las aguas pluviales y las fecales de la ciudad discurren por las mismas tuberías de ahí que, si las precipitaciones son cuantiosas, como en los últimos meses, la estación de bombeo que existe en el puerto no da abasto para impulsarlas a la depuradora. Por ello, terminan por salir por el aliviadero.
Las turbinas se paran
En esos momentos, el Consistorio detiene el sistema de regeneración del agua del río y las turbinas se paran para evitar que la porquería se quede instalada en el cauce. De este modo, el agua se para durante uno o dos días, para esperar a que lo expulsado por el aliviadero se dirija hacia el mar por su propio impulso. De ahí que vecinos y comerciantes tengan que soportar la presencia de aguas fecales al aire libre y a escasos metros de sus pisos y locales.
En los últimos días, la situación se ha prolongado ya que, a las lluvias que se registraron la semana pasada, se sumó otra circunstancia añadida: las obras para trasladar la estación de bombeo de Huelin. Como ha venido informando este periódico, esa estación, situada en la plataforma de San Andrés, está siendo trasladada por el Ayuntamiento a otra parcela del recinto portuario para permitir la futura construcción del Auditorio de la Música en este lugar. Pues bien, con motivo de estas obras, el domingo fue necesario interrumpir la llegada de aguas fecales a la estación, con lo que estas fueron derivadas al aliviadero del Guadalmedina, lo que causó las quejas vecinales por el olor «insoportable», según denunciaron a SUR los residentes de la zona.
Desde Emasa aseguraron que el sistema de bombeo para regenerar el agua de la desembocadura del Guadalmedina se volverá a poner en marcha lo antes posible -ayer ya funcionó en algunos momentos del día- para evitar los malos olores.
No obstante, la solución que los evitaría definitivamente es un proyecto que por el momento no quiere ser asumido ni por el Ayuntamiento ni por otras administraciones. Se trata de un emisario marino, diseñado por Emasa, que canalizaría las aguas del aliviadero, y de otro similar que existe más al sur, y las llevaría a unos dos kilómetros de distancia del puerto, mar adentro. Esta actuación está valorada en unos 12 millones de euros. Emasa remitió hace tres años este proyecto a la Autoridad Portuaria con el fin de solicitarle su colaboración para financiarlo. Sin embargo, la actuación no ha vuelto a ser impulsada desde entonces.

1 comentario:

  1. Es de verguenza que Malaga sea la única ciudad eruopea en la que aún se viertan aguas fecales al mar

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