Las máquinas excavan en su totalidad 1,5 kilómetros entre el Martín Carpena y Héroe Sostoa · La liberación de la superficie se producirá en el primer trimestre
La obra del Metro de Málaga en la zona de Carretera de Cádiz enfila su recta final. Con la vista puesta en los últimos meses del año 2010, plazo en el que la Junta de Andalucía espera poder poner en funcionamiento el suburbano en esta parte de la ciudad, de manera parcial, las máquinas de la concesionaria avanzan en la excavación del túnel que unirá los 3,7 kilómetros de distancia que se extienden entre el Martín Carpena y la calle Juan Pablo II, donde quedará situada la estación Héroe Sostoa. De acuerdo con las previsiones del ente Ferrocarriles Andaluces, dependiente de la Consejería de Obras Públicas, la ejecución del paso soterrado podría estar acabada a mediados del próximo año.
Una visita a los tajos abiertos por Metro Málaga en la línea 2 constata cómo la alarmante demora con la que inició su andadura el proyecto del ferrocarril urbano ha dado paso a una estampa de actividad permanente. A día de hoy, según la información aportada a este periódico por el director de la actuación, Enrique Urkijo, han sido excavados en su totalidad, es decir, incluyendo las dos fases de intervención (con una profundidad de unos 11 metros), 1,5 kilómetros, lo que supone algo menos de la mitad. Esta superficie resulta de la suma de los 900 metros del tramo 1, que discurre entre el Martín Carpena y la Glorieta de Molière; de los 295 metros del 5, entre La Paloma y Juan XXIII, y de 300 de los 570 metros del número 4, entre calle Frigiliana y la Avenida de la Paloma (aún incompleto).
A este desarrollo hay que agregar la evolución que se ha producido en la mayor parte de los tramos en la primera de las fases de excavación, que permite alcanzar una cota de alrededor de 5,5 metros bajo tierra. Esta etapa de la intervención ha sido realizada plenamente en los tramos 1, 3, 4 y 5, quedando pendientes unos 100 metros entre Molière y Los Guindos (460 metros), y otros 300 metros en la última parte del ramal (Juan XXIII-Juan Pablo II), el segmento más próximo al punto donde se construye la estación de Huelin.
Recorrer a pie todos y cada uno de estos tramos pone de relieve la envergadura de la obra más importante en la historia reciente de Málaga capital. El gigantismo de la misma se percibe desde el mismo instante en que se baja a pie hasta las mismas entrañas del primero de los túneles, el del Martín Carpena, en cuyo interior ya se puede imaginar el movimiento diario de los trenes y el ir y venir de los miles de usuarios que harán uso de ellos. La quietud reina ahora en este tramo, ya a punto para la instalación de las vías, de la catenaria y de las instalaciones eléctricas, mientras que el resto de los segmentos de Carretera de Cádiz es un hervidero de trabajo.
El escenario actual, no obstante, no llega a ocultar la realidad que pesa sobre una infraestructura que, de acuerdo con las previsiones iniciales de la Administración autonómica, ya debería estar en fase de pruebas, comprobando todos y cada uno de los detalles de una obra que tendría que inaugurarse el próximo mes de febrero. Un hito que se aplicó al doble ramal diseñado de inicio por la Junta, entre La Malagueta y Teatinos, de un lado (línea 1), y entre La Malagueta y Martín Carpena (línea 2), de otro, y que ha quedado destrozado por el devenir de los acontecimientos.
En estos momentos, restan por ejecutar en la zona de Carretera de Cádiz unos 40 bataches de pantallas, o lo que es lo mismo, de las paredes que darán forma al túnel. Diez de ellos se localizan en la Glorieta de Molière, donde la concesionaria trasladará el próximo jueves el actual paso del tráfico para poder avanzar en esta etapa de la obra, y otros 30 en la zona de Huelin. "La idea es que la empresa pueda terminar este parte del trabajo a mediados del próximo mes de febrero", admitió Urkijo. Ésta es, sin duda, la fase más atrasada de la línea 2, y de ella depende que se pueda culminar la construcción de la losa de hormigón que cubre el paso, que ya está al 94%, y concluir la excavación de lo que resta del túnel.
La obra del Metro de Málaga en la zona de Carretera de Cádiz enfila su recta final. Con la vista puesta en los últimos meses del año 2010, plazo en el que la Junta de Andalucía espera poder poner en funcionamiento el suburbano en esta parte de la ciudad, de manera parcial, las máquinas de la concesionaria avanzan en la excavación del túnel que unirá los 3,7 kilómetros de distancia que se extienden entre el Martín Carpena y la calle Juan Pablo II, donde quedará situada la estación Héroe Sostoa. De acuerdo con las previsiones del ente Ferrocarriles Andaluces, dependiente de la Consejería de Obras Públicas, la ejecución del paso soterrado podría estar acabada a mediados del próximo año.
Una visita a los tajos abiertos por Metro Málaga en la línea 2 constata cómo la alarmante demora con la que inició su andadura el proyecto del ferrocarril urbano ha dado paso a una estampa de actividad permanente. A día de hoy, según la información aportada a este periódico por el director de la actuación, Enrique Urkijo, han sido excavados en su totalidad, es decir, incluyendo las dos fases de intervención (con una profundidad de unos 11 metros), 1,5 kilómetros, lo que supone algo menos de la mitad. Esta superficie resulta de la suma de los 900 metros del tramo 1, que discurre entre el Martín Carpena y la Glorieta de Molière; de los 295 metros del 5, entre La Paloma y Juan XXIII, y de 300 de los 570 metros del número 4, entre calle Frigiliana y la Avenida de la Paloma (aún incompleto).
A este desarrollo hay que agregar la evolución que se ha producido en la mayor parte de los tramos en la primera de las fases de excavación, que permite alcanzar una cota de alrededor de 5,5 metros bajo tierra. Esta etapa de la intervención ha sido realizada plenamente en los tramos 1, 3, 4 y 5, quedando pendientes unos 100 metros entre Molière y Los Guindos (460 metros), y otros 300 metros en la última parte del ramal (Juan XXIII-Juan Pablo II), el segmento más próximo al punto donde se construye la estación de Huelin.
Recorrer a pie todos y cada uno de estos tramos pone de relieve la envergadura de la obra más importante en la historia reciente de Málaga capital. El gigantismo de la misma se percibe desde el mismo instante en que se baja a pie hasta las mismas entrañas del primero de los túneles, el del Martín Carpena, en cuyo interior ya se puede imaginar el movimiento diario de los trenes y el ir y venir de los miles de usuarios que harán uso de ellos. La quietud reina ahora en este tramo, ya a punto para la instalación de las vías, de la catenaria y de las instalaciones eléctricas, mientras que el resto de los segmentos de Carretera de Cádiz es un hervidero de trabajo.
El escenario actual, no obstante, no llega a ocultar la realidad que pesa sobre una infraestructura que, de acuerdo con las previsiones iniciales de la Administración autonómica, ya debería estar en fase de pruebas, comprobando todos y cada uno de los detalles de una obra que tendría que inaugurarse el próximo mes de febrero. Un hito que se aplicó al doble ramal diseñado de inicio por la Junta, entre La Malagueta y Teatinos, de un lado (línea 1), y entre La Malagueta y Martín Carpena (línea 2), de otro, y que ha quedado destrozado por el devenir de los acontecimientos.
En estos momentos, restan por ejecutar en la zona de Carretera de Cádiz unos 40 bataches de pantallas, o lo que es lo mismo, de las paredes que darán forma al túnel. Diez de ellos se localizan en la Glorieta de Molière, donde la concesionaria trasladará el próximo jueves el actual paso del tráfico para poder avanzar en esta etapa de la obra, y otros 30 en la zona de Huelin. "La idea es que la empresa pueda terminar este parte del trabajo a mediados del próximo mes de febrero", admitió Urkijo. Ésta es, sin duda, la fase más atrasada de la línea 2, y de ella depende que se pueda culminar la construcción de la losa de hormigón que cubre el paso, que ya está al 94%, y concluir la excavación de lo que resta del túnel.
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