miércoles, 14 de octubre de 2009

El metro y el plan ZP mantienen abiertas más de 100 calles (La Opinión)

Vecinos y comerciantes critican una "excesiva lentitud" en la realización de las obras del plan Zapatero


Ciudad Jardín. Obras de ampliación de la biblioteca Dámaso Alonso en Ciudad Jardín, financiadas con el plan Zapatero.
Ciudad Jardín. Obras de ampliación de la biblioteca Dámaso Alonso en Ciudad Jardín, financiadas con el plan Zapatero. Arciniega


JAVIER GARCÍA RECIO. MÁLAGA La magnitud y, sobre todo, la dilación en el tiempo del más del centenar de obras que se ejecutan en la capital están comenzando a incomodar a vecinos y especialmente a comerciantes de muchas zonas y barrios, singularmente de aquellas áreas donde la actividad de las zanjas y las hormigoneras es mayor.
En muchas zonas los residentes han aguantado con estoicismo y algo más las obras del metro. Hablamos especialmente de los barrios de la Carretera de Cádiz, donde las actuaciones del futuro suburbano han supuesto meses de calles levantadas y olvido. La cosa se llevó con resignación, pero, como si de una plaga egipcia se tratase, a las obras del metro les han seguido las del llamado plan Zapatero. Y aquí las aguas están reventando y la paciencia de los vecinos sucumbiendo.
En la Carretera de Cádiz, en Cruz del Humilladero, en La Palmilla o en otros muchos distritos, las asociaciones de vecinos y las de comerciantes están comenzando a levantar la voz para protestar por la situación de calles, esquinas y núcleos comerciales que ven que la prolongación durante semanas y semanas de distintas obras les condena al olvido.
Lo que ha alimentado la indignación de vecinos y comerciantes es un grito común que se repite en todos los barrios y que no es otro que "la lentitud a ojos vista" en cómo se desarrollan las obras del plan Zapatero. Es una protesta unánime. Francisco Moya, presidente de la asociación Torrijos, de Huelin, resumía el malestar de muchos al señalar que las obras van "muy lentas. Algunas llevan desde mayo y siguen casi como el primer día. El barrio está patas arriba, y además estamos incomunicados pues la calle que nos conecta con la calle La Hoz, que es Garcerán, está de obras y estamos cortados".

El metro. Una de las zonas más afectadas en estos momentos por las obras del metro es la calle La Unión y su entorno. Antonio Vega, que preside la asociación de vecinos de la Cruz del Humilladero, se quejaba por los horarios "disparatados" que tienen. "Algunos días acaban a las doce de la noche y vuelve a las siete de la mañana. Esto no es posible, queremos horarios de trabajo que se subordinen al descanso de las personas".
Vega asegura que las obras son muy necesarias, pero "muy perjudiciales para los comerciantes. Aquí hay muchos comercios con el letrero de se alquila y nadie los quiere", asegura.
En un punto más alejado de la ciudad como La Palmilla, el presidente de la asociación de vecinos Palma-Palmilla, Francisco García Vigo, insiste en el argumento común de que las obras van muy lentas: "Algunas están prácticamente paradas y sin viso de que vayan a acabar" .
Pone el ejemplo de las obras de una parada de autobús en la zona de las 720 viviendas, "una obra pequeña y que sin embargo está parada no sabemos por qué, con el problema añadido de que a causa de las obras, las personas tienen que echarse a la carretera para subirse o bajarse del autobús, lo que supone un peligro".

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