Ferrocarriles Andaluces estima que la línea 2 del metro podría estar operativa en el último tercio del próximo año
L. M. MÁLAGA Aunque los retrasos inciten al escepticismo, el metro de Málaga no será siempre un conjunto deslavazado de vallas ni un titular de periódico. Su conclusión, a pesar de la renuncia oficial a cualquier tipo de fecha, está bastante próxima. Sobre todo, en lo que respecta a la línea 2, que, de acuerdo con Ferrocarriles Andaluces, estará operativa a finales de 2010.
La conjetura, si se tiene en cuenta el grado de desarrollo de las obras, no parece descabellada. El trazado, dispuesto a comunicar la estación de Renfe con el Martín Carpena, se encuentra muy avanzado, a pesar de las dificultades inherentes a su diseño, que precisa de la perforación del túnel y la colocación de los muros-pantalla.
Un trabajo que ha tenido ocupados a los trabajadores del proyecto desde 2006 y que concluirá, presumiblemente, a principios del próximo año. El resto es cuestión de carriles y catenarias, una empresa más dócil, aunque también laboriosa.
Si se cumplen los pronósticos, el primer usuario del metro será fotografiado en algún punto subterráneo entre la terminal de trenes y el populoso barrio de Carretera de Cádiz en poco más de veinte meses.
En lo que se refiere a la línea 1, la proyección se alarga irremediablemente. El itinerario, en esta ocasión, está más atrasado, aunque uno de sus tramos, el que conectará en superficie Los Asperones y el Palacio de la Justicia, está en su última fase. Una ventaja que se debe a su condición no subterránea y que permite aportar la única previsión contrastada de toda la línea: su finalización, fechada para finales del presente ejercicio.
En cualquier caso, el próximo año se antoja determinante para el decurso de las obras, ya que, a la esperada inauguración de la línea 2, se añade el inicio de la actuación en su radio más controvertido: el núcleo urbano compuesto por La Malagueta, la plaza de la Marina y la Alameda Principal. Siempre y cuando no haya nuevos retrasos.
L. M. MÁLAGA Aunque los retrasos inciten al escepticismo, el metro de Málaga no será siempre un conjunto deslavazado de vallas ni un titular de periódico. Su conclusión, a pesar de la renuncia oficial a cualquier tipo de fecha, está bastante próxima. Sobre todo, en lo que respecta a la línea 2, que, de acuerdo con Ferrocarriles Andaluces, estará operativa a finales de 2010.
La conjetura, si se tiene en cuenta el grado de desarrollo de las obras, no parece descabellada. El trazado, dispuesto a comunicar la estación de Renfe con el Martín Carpena, se encuentra muy avanzado, a pesar de las dificultades inherentes a su diseño, que precisa de la perforación del túnel y la colocación de los muros-pantalla.
Un trabajo que ha tenido ocupados a los trabajadores del proyecto desde 2006 y que concluirá, presumiblemente, a principios del próximo año. El resto es cuestión de carriles y catenarias, una empresa más dócil, aunque también laboriosa.
Si se cumplen los pronósticos, el primer usuario del metro será fotografiado en algún punto subterráneo entre la terminal de trenes y el populoso barrio de Carretera de Cádiz en poco más de veinte meses.
En lo que se refiere a la línea 1, la proyección se alarga irremediablemente. El itinerario, en esta ocasión, está más atrasado, aunque uno de sus tramos, el que conectará en superficie Los Asperones y el Palacio de la Justicia, está en su última fase. Una ventaja que se debe a su condición no subterránea y que permite aportar la única previsión contrastada de toda la línea: su finalización, fechada para finales del presente ejercicio.
En cualquier caso, el próximo año se antoja determinante para el decurso de las obras, ya que, a la esperada inauguración de la línea 2, se añade el inicio de la actuación en su radio más controvertido: el núcleo urbano compuesto por La Malagueta, la plaza de la Marina y la Alameda Principal. Siempre y cuando no haya nuevos retrasos.
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