sábado, 21 de marzo de 2009

Los límites de Aena a la altura de las torres deja el PGOU de Málaga en el aire (Málaga Hoy)

El Ayuntamiento tiene la posibilidad de seguir adelante con el documento para obtener una aprobación parcial que deje en suspenso los sectores de los nueve edificios afectados
El informe de Aena que obliga a rebajar las alturas previstas en las nueve torres proyectadas en la parcela de Repsol, La Térmica y San Rafael supone otro golpe al nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Málaga, cuya revisión está en marcha desde julio de 2004 y que ha sufrido en estos casi cinco años numerosos contratiempos. El Ayuntamiento deberá decidir ahora si opta por una aprobación parcial del documento, de modo que podrá continuar la tramitación administrativa pero dejando en suspenso estas actuaciones, o si opta por retrasar el procedimiento, ejecutar las modificaciones que plantea la entidad pública Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) y someter a aprobación provisional la totalidad del documento.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, mostró ayer su "insatisfacción, descontento y protesta" por las formas en las que Aena ha hecho público su informe que afecta al PGOU de la capital. Dijo que se enteró por la prensa, pese al encuentro que asegura estaba anunciado para los próximos días. "Hubiésemos deseado un trato mejorable no en el contenido, sino en las formas", subrayó el edil, que mostró su preocupación por un posible retraso en la aprobación definitiva del PGOU.

El regidor malagueño afirmó estar abierto al diálogo y se mostró dispuesto a buscar soluciones para no enquistar el PGOU. En este sentido, señaló que mantendrá conversaciones con la Junta de Andalucía para que dé su punto de vista y propuso que los apartados que incluyen dichos proyectos sean examinados de forma independiente.

De la Torre considera que no se puede alargar uno o dos años más la aprobación del documento. Respecto a que un posible retraso pudiese mermar el interés de los distintos grupos promotores con los que hay convenios, el alcalde no mostró preocupación, aunque "todo tiene solución".

El discurso del regidor, ayer, se centró en la confrontación política. Criticó la "deslealtad institucional" del Ministerio de Fomento. "El trato mostrado por el Ayuntamiento no ha sido recíproco en las formas", denunció. Pero también quiso mostrar su respaldo incondicional a los proyectos del aeropuerto de Málaga, infraestructura que el organismo siempre ha "apoyado y defendido".

Pese al informe de Aena, De la Torre no renunció ayer a su proyecto de construir en altura en distintos enclaves de la capital. Según explicó, las modificaciones que Aena y Aviación Civil plantean puede que "no sean necesarias" porque las operaciones aeronáuticas que pudieran ser abortadas deberían ir a la segunda pista, "que se prevé que esté construida en menos de dos años".

Al tiempo, la delegada de Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, Josefa López, indicó ayer que es decisión municipal si se aprueba el "PGOU a cachitos" o "lo más completo posible".

El informe de Aena es vinculante, por lo que la Junta de Andalucía en ningún caso estará dispuesta aprobar con carácter provisional la totalidad del PGOU. No obstante, si el documento llega sin que se hayan rebajado las alturas que se exige en las nueve torres, la Comisión Provincial de Urbanismo daría luz verde a aquellas partes del planeamiento que no se vean afectadas y dejaría en suspenso los sectores en los que están proyectados los rascacielos hasta que se hiciera en el futuro un expediente de cumplimiento ateniéndose a los preceptos que plantea la entidad pública dependiente del Ministerio de Fomento.

De esta forma, el Ayuntamiento no vería alterados los ritmos del nuevo planeamiento urbano aunque, en contrapartida no tendría operativo la totalidad del PGOU.

La segunda opción que tiene abierta el Ayuntamiento pasa por acometer los cambios que exige Aena y después pasar a la Comisión Provincial de Urbanismo la totalidad del PGOU para su aprobación inicial.

La delegada de Vivienda y Ordenación del Territorio no supo precisar ayer cuánto tiempo retrasaría esta segunda opción el plan de ordenación urbana.

"Si el Ayuntamiento quiere relegar la ordenación de un sector nada le impide seguir adelante con la tramitación del resto, pero también sería oportuno aprobarlo lo más completo posible", precisó Josefa López, aunque matizó que se haría "un flaco favor si se aprueba por cachitos". Además recordó que sobre el PGOU también pesa una declaración de impacto ambiental negativa.

Por otra parte, el arquitecto Damián Quero, autor del nuevo documento urbanístico de Málaga, mostró ayer su "sorpresa" por el informe negativo de Aena en relación a las nueve torres. Quero informó que "para ir sobre seguro" se pidió asesoramiento a una consultora aeronáutica y posteriormente se abrió una línea de colaboración con Aena para determinar si existían zonas en las que colisionan los parámetros que garantizan la seguridad aérea con el crecimiento proyectado de la ciudad.

En este sentido se detectaron dos puntos de fricción: en un bloque de La Térmica y en otro de la parcela de Repsol. En el primer caso uno de los edificios se encontraba en el área de un radar de ruta, no de aterrizaje, de la línea Málaga Madrid "que está previsto trasladar a un punto más alto, por lo que realmente este no sería un problema". En cambio, una de las torres de Repsol se aproximaba a uno de los límites establecidos por Aena. En este caso lo oportuno, según Damián Quero, es "realizar un estudio concreto para afinar", puesto que los primeros análisis son generales.

Extrañado porque finalmente hayan sido nueve las torres que exceden los límites de altura que se consideran apropiados en esta zona para no interferir en la seguridad aérea, el arquitecto del PGOU de Málaga opina que a partir de este momento lo que queda es "una etapa de aproximar posiciones. En otros sitios, al menos, así lo hemos hecho con Aena".

El redactor del plan general matiza que los espacios de servidumbre aérea no son algo inamovible, puesto que dependen de las zonas donde se localicen los radares y de las alturas de las torres de radiofrecuencia. Desde este punto de vista entiende que "existe margen" para acordar con Aena algunos cambios de modo que se garantice la seguridad aérea y, al tiempo, se permita el desarrollo de la ciudad.

Desde el Ministerio de Fomento, portavoces oficiales han indicado que los parámetros de las servidumbres aeronáuticas responden a criterios internacionales cuyo fin exclusivo es "garantizar la seguridad de las operaciones de las aeronaves". Estas condiciones que en el caso de Málaga se ven condicionadas por las características geográficas al hallarse la ciudad entre el mar y la montaña, son "de obligado cumplimiento, salvo que expresamente la autoridad competente haga una excepción porque no se vea afectada la seguridad de las maniobras que realizan las aeronaves".

En este sentido, desde Fomento se afirma que a pesar de que se rebaja sustancialmente la altura de las nueve torres algunas de ellas superan los límites generales de la zona de servidumbre, pero se permiten "porque se ha comprobado que no afectan a la seguridad de las maniobras de las aeronaves". Además, se tienen en cuenta las futuras necesidades de servidumbre aérea que planteará la segunda pista del aeropuerto.

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