Comienza el juicio en el que exigen al gerente el dinero que abonaron a cuenta de unos pisos que no se han construidoEl acusado no compareció, aunque su defensa culpó del retraso de la obra a los permisos municipales
Algunos de los afectados a su salida del juzgado ayer./ E. GUZMÁN
El Juzgado de Primera Instancia número 1 celebró ayer la vista de la demanda civil interpuesta por un grupo de 26 vecinos de Loja (Granda) contra el gerente del Grupo Mirador, Enrique Faura. Estas familias han denunciado a la constructora por incumplimiento de contrato, y reclaman la devolución de un millón de euros, en concepto del dinero adelantado desde 2005 por unos pisos que no se han llegado a construir.
En concreto, los afectados adquirieron una vivienda en la urbanización Valle del Rosario, en Loja (Granada), en octubre de 2005, y la fecha límite de entrega era agosto de 2008. En su mayoría se trata de personas jóvenes que habían adquirido su primera vivienda. La cantidad entregada por cada uno de los afectados ronda los 30.000 euros. «A día de hoy no ha habido ningún movimiento de tierra y Caja Granada, con quien Mirador tenía una hipoteca, va a ejecutarla subastando el terreno por falta de liquidez», ha explicado el abogado de los afectados, José Juan Moreno.
Indignación
El gerente de Mirador no se presentó ayer al juicio alegando que no podía asistir. «Los vecinos están indigandos porque aseguran que estaba en la puerta esperando a sus abogados», ha indicado Moreno.
Según el abogado, durante la vista la empresa culpó del retraso de la construcción a la demora del Ayuntamiento para concederle la licencia de obra. «Tenemos un certificado del Consistorio en el que se asegura que no han abonado ninguna tasa», ha puntualizado el abogado. Por su parte, el abogado de Enrique Faura rechazó realizar declaraciones a la salida del juzgado veleño. La sentencia será efectiva dentro de unas dos semanas.
Aunque ayer sólo comparecieron 26 familias, Moreno ha afirmado que hay un centenar de personas en la misma situación. «Anteriormente llevamos a cabo medidas cautelares y ganamos, pero solicitamos el embargo de las cantidades y la empresa se negó», ha indicado Moreno.
«Compramos el piso con toda la ilusión y nos sentimos impotentes», ha afirmado Yolanda Pérez. La mayoría se siente impotente y sólo aspiran a que les devuelvan el dinero invertido. «Compramos el piso para la primera vivienda de nuestro hijo que está viviendo de alquiler, y ahora no tenemos ni el dinero ni el piso», afirmaba Teresa Parejo a la salida del juzgado. «Verbalmente nos han llegado a proponer trueques con pisos en la costa», recordaba Antonio López, un comercial que entregó 24.000 euros como adelanto a la promotora.
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