El equipo de gobierno aprueba en solitario la última versión del plan, sobre el que el Ejecutivo andaluz se pronunciará en julio.
Se mantienen proyectos rechazados por Medio Ambiente que suman más de ocho mil casas, casila cuarta parte de las nuevas viviendas.
CIERRE DEL PGOU. Manuel Díaz, junto al alcalde, Francisco de la Torre. / SALVADOR SALAS
El nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Málaga quedó ayer definitivamente visto para sentencia, la que tiene previsto emitir la Junta de Andalucía a finales del mes que viene. Cinco años después de que se iniciaran los trámites para elaborar el documento que marcará el desarrollo de la ciudad en la próxima década, el pleno municipal aprobó ayer una última versión tras introducir un total de 162 cambios motivados por errores y adaptaciones a los informes emitidos por otras administraciones públicas. Una vez cumplido este último paso, el plan pasa a manos de la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio, para que se pronuncie sobre él.
Casi con toda seguridad, ese pronunciamiento anulará o pondrá condiciones para una serie de proyectos que la Junta ya ha rechazado en sus informes, especialmente en los relativos a cuestiones medioambientales. Se trata de actuaciones que suman más de ocho mil viviendas, lo que supone casi la cuarta parte de las 36.000 que plantea el nuevo PGOU.
Las discrepancias sobre esas propuestas entre el equipo de gobierno y los partidos de la oposición municipal se volvieron a poner de manifiesto en la sesión plenaria. El portavoz del PSOE, Rafael Fuentes, dijo que este Plan General «es un mal diseño de la Málaga del futuro» y criticó que no aporte mejoras para los barrios de la ciudad consolidada. «Su modernidad es hacer rascacielos en los barrios más densamente poblados en vez de desarrollar una 'city' financiera que cree riqueza y empleo para Málaga, ¿dígame qué colectivo se ha posicionado a favor de este plan?», señaló Fuentes al concejal de Urbanismo, Manuel Díaz.
Por su parte, éste le contestó que dónde quería que pusiera las torres: «¿En Churriana y Campanillas donde las edificaciones están integradas con el entorno? ¿Tienen elegido el sitio para esa 'city' financiera que ustedes proponen?». Díaz dijo que el PGOU hará de Málaga una ciudad de vanguardia que apuesta por la construcción de VPO, de las que el documento dibuja 13.087 en los nuevos suelos.
Conflicto
El portavoz de IU, Pedro Moreno Brenes, subrayó que el plan mantiene actuaciones que la Administración regional ha calificado como inviables desde el punto de vista medioambiental. «Es una temeridad insistir en aquello que no va a salir adelante», dijo Moreno Brenes, al tiempo que aseguró que «la Málaga que espera el PGOU se va a encontrar con un conflicto jurídico y social nada positivo».
El edil de Urbanismo argumentó que la Junta ha rechazado proyectos por cuestiones de oportunidad y no de legalidad. «El Gobierno andaluz se ha excedido en sus competencias», afirmó. A continuación se exponen los argumentos de una y otra parte sobre las actuaciones que pueden ser anuladas.
ARRAIJANAL
Casas y hoteles junto a Guadalmar
Los grupos municipales reiteraron ayer sus argumentos sobre el polémico proyecto para construir 664 viviendas, hoteles y edificios de uso empresarial en el vacío que queda entre Guadalmar y el campo de golf. La Junta lo ha rechazado porque considera que se trata del único espacio virgen del litoral en la capital y porque posee unos valores medioambientales que merecen ser preservados. En ese sentido, argumentó la presencia de una planta, denominada 'azucena del mar', que, según señaló, esta incluida en una directiva medioambiental de protección. Sin embargo, el equipo de gobierno ha asegurado que tal planta no está incluida en la Directiva Hábitats a la que alude la Junta.
El portavoz socialista, Rafael Fuentes, puso este proyecto como ejemplo de desarrollos con los que el equipo de gobierno pretende «hacer caja», ya que tiene firmado un convenio con sus promotores que le reportará 28 millones de euros.
Por su parte, Manuel Díaz argumentó que es una actuación beneficiosa para la ciudad y expuso que el rechazo de la Junta perjudica a los propietarios de los suelos del sector, que ven anulados los derechos edificatorios que les ha atribuido el planeamiento urbanístico vigente. «Si el Gobierno quiere proteger este espacio que lo expropie y cumpla lo que prometió hace tres años», dijo. Por su parte, Fuentes defendió que la Junta rechace ahora la urbanización de Arraijanal pese a permitirla en otros planes. «Es que ha cambiado toda la realidad de Málaga», apuntó.
LIMONAR ALTO
Quinientos chalés al norte de la ronda
Otro de los puntos polémicos del Plan General es la urbanización de los terrenos situados al norte de la Ronda Este, a la altura de El Mayorazgo, para construir medio centenar de chalés y equipamientos. La Junta lo ha rechazado en su Declaración de Impacto Ambiental por el riesgo de erosión que supone para los montes existentes en la zona y por el excesivo consumo de suelo y de recursos energéticos para quinientas viviendas.
Por su parte, los responsables municipales sostienen que las casas no invaden las zonas de mayor sensibilidad paisajística y se ajustan a la orografía del terreno. Manuel Díaz indicó ayer que todavía esta esperando a que la Junta le aporte los estudios que posee para demostrar que el proyecto supone un elevado riesgo de erosión.
CAMPANILLAS
Cuatro mil viviendas junto al río
Campanillas se perfila en el nuevo PGOU como uno de los ámbitos de la ciudad que tendrán una mayor expansión residencial. Junto al río que da nombre a esta zona, el plan prevé la construcción de unas cuatro mil viviendas que la Junta rechaza por situarse en terrenos potencialmente inundables. Sin embargo, el gobierno local sostiene que su realización está condicionada a que el río sea encauzado.
También en Campanillas, la Consejería de Medio Ambiente pone reparos a dos mil viviendas junto a la nueva central eléctrica, al norte del Parque Tecnológico.
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