La parroquia se ha modernizado pero mantiene su esencia tradicional y recupera el color blanco. La reapertura se celebró con una misa y una procesión claustral
Imponente. Una perspectiva del techo abovedado de la parroquia, que luce en su máximo esplendor tras la rehabilitación. Gregorio Torres
JOSÉ MANUEL GÓMEZ. MÁLAGA Después de más de cuatro años clausurada a causa de las obras de su rehabilitación, la parroquia de San Juan Bautista, una de las más emblemáticas del centro y de la historia de Málaga, reabrió por fin sus puertas ayer domingo a las doce en punto de la mañana. Lo hizo con una misa especial en la que brilló con luz propia su nuevo recinto, que ha actualizado y modernizado sus instalaciones y su estructura manteniendo su esencia tradicional.
Al acto, oficiado por el párroco de la iglesia, Isidro Rubiales, y por el vicario episcopal malagueño, Francisco González Gómez, acudieron el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el concejal del Distrito Centro, Diego Maldonado, y el delegado provincial de la Consejería de la Junta de Andalucía, Manuel Jesús García. Únicamente se echó en falta la figura del obispo, Jesús Catalá, que no pudo asistir a la inauguración por encontrarse clausurando, en la catedral, el Año Paulino.
Los actos. Después de finalizar la misa, una breve procesión condujo al Santísimo Sacramento desde el altar a la Capilla Sacramental, en donde recibe culto la imagen del Santísimo Cristo de la Redención, cotitular de la Archicofradía Sacramental de Nuestra Señora de los Dolores, y en cuyo Sagrario quedó reservado.
Tras esta procesión, el arquitecto técnico de las obras de rehabilitación, Pablo Pastor Vega, realizó un recorrido por la aventura de dicha rehabilitación, que ha sido cofinanciada por la propia parroquia y el Obispado de Málaga, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento a través de la Oficina Municipal para la Rehabilitación del Centro Histórico.
Nuevo recinto. El primer paso para la reforma de la parroquia consistió en levantar una sobrecubierta metálica sobre la nave central, ya que según Pastor Vega "la cubierta estaba en un estado lamentable". Esta obra se completó además con el despliegue de pasarelas dedicadas a la conservación y al mantenimiento.
El arquitecto técnico añadió posteriormente que el interior de la iglesia fue completamente reformado porque estaba también "muy deteriorado e incluso con instalaciones que se encontraban fuera de las normativas". Ahora la parroquia cuenta con barreras químicas de protección inyectadas, con luces de emergencia y con accesos perfectamente adaptados para los discapacitados.
"Además, se ha mantenido un diseño fiel al original y se ha recuperado el color que el interior tenía inicialmente, el blanco que en los años sesenta fue sustituido por el marrón", concluyó Pastor Vega.
El acto continuó con las declaraciones del concejal delegado del Distrito Centro, Diego Maldonado, que expresó su alegría por que la rehabilitación haya sido llevada a buen término. Puso esta actuación como "un ejemplo de la buena colaboración que existe entre el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía".
Tras esta intervención, el delegado provincial de la Consejería de Cultura de la Junta, Manuel Jesús García, mostró también su felicidad por la conclusión del proyecto y recordó la importancia de "la gran labor social que la Iglesia siempre ha realizado".
El párroco Isidro Rubiales puso el colofón a la mañana dando las gracias a todos los organismos y a todas las empresas, hermandades y asociaciones que han hecho posible que el Centro Histórico de la capital pueda volver a contar con uno de sus templos más antiguos e importantes.
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