miércoles, 29 de julio de 2009

La Unión se divide (SUR)

Las obras del suburbano surgen por la ciudad a la par que las discrepancias entre los afectados. Los residentes en la zona acogen los trabajos con optimismo mientras que los comerciantes temen que el corte de la vía al tráfico rodado repercuta en una bajada en las ventas
La Unión se divide
El tráfico rodado ha quedado cortado en la calle La Unión desde Juan XXIII. / SUR
«Ya han comenzado los cortes de tráfico por el metro». Ayer, en la calle La Unión no se hablaba de otra cosa. El inicio de los trabajos han supuesto el corte de esta vía en el tramo comprendido entre la avenida Juan XXIII y el puente de Juan Pablo II, que han traído consigo los primeros debates ciudadanos. La postura de los comerciantes, preocupados por el futuro de sus negocios, dista de la de los vecinos, resignados ante las molestias de ruidos y suciedad, pero ilusionados ante la idea de contar en el futuro con este medio de transporte.
Lourdes Rodríguez es la dueña de una ferretería de la zona y mira con desconfianza cómo las vallas se acercan a su escaparate. «Nosotros no vivimos únicamente de la gente del barrio, una vez que no puedan pasar los coches, será la ruina para los negocios», explica. Imaginarse qué será de su tienda dentro de dos años le causa desasosiego. «No creo que la gente se complique para buscar aparcamiento en las calles de alrededor y acceder a La Unión para entrar en mi tienda. Las ventas seguro que caerán», añade.
Esta es la idea más extendida entre los pequeños empresarios del distrito. «La principal referencia que tenemos son los comercios de Héroe de Sostoa y la Carretera de Cádiz. Más de dos años de obras terminarán por afectarnos gravemente», comenta el dueño de una tienda de textiles.
Sin duda, los comerciantes son los que más resoplidos lanzan al oír hablar del metro. En cambio, los vecinos aceptan esta situación con otra actitud. Francisco Márquez y José Calderón observaban desde primera hora las maniobras de los operarios del suburbano. «Vamos a sufrir molestias, pero después la comodidad que tendremos será tremenda. Habrá una parada a veinte pasos de mi casa», cuenta Francisco. Las informaciones que han recibido sobre el desarrollo de las obras tranquilizan a los residentes. «Desde el primer momento sabemos cómo se van a llevar a cabo y las medidas de seguridad que van a usar», asegura Adela Lorenzo.

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