sábado, 22 de noviembre de 2008

El Ministerio de Fomento acaba con la anarquía de los badenes en las carreteras (Málaga Hoy)

El Gobierno indica cómo y dónde deben construirse y propone dos modelos · La norma sólo incide en las vías y travesías y no obliga a cambiar los ya instalados

Los hay pequeños y molestos a la entrada de Torremolinos. Grandes y convertidos en pasos de cebra en Antequera, Mijas o Ronda. También extraños y sin señalizar en Fuengirola. Nuevos en Guadalmar y algunos, como en la barriada de Olletas, invitan a hacer un rally. A la fiebre desatada en muchas ciudades de la Costa del Sol por la creación de glorietas también se ha sumado la de estas infraestructuras dirigidas a limitar la velocidad de los vehículos. Y prácticamente en cada municipio se ha hecho de una forma diferente. Ahora, el Ministerio de Fomento ha sacado una norma que regula su construcción. Así, propone dos modelos que deben ser seguidos en todas las carreteras, incluidas las travesías. En las calles, los ayuntamientos pueden seguir haciendo lo que quieran.

Unos de los más criticados han sido siempre los de la Avenida de los Manantiales, justo a la entrada de Torremolinos. Son varios, pequeños y a muchos conductores les parecen molestos. Eso sí, han conseguido bajar al mínimo el número de atropellos en la zona, porque los vehículos reducen en gran medida su velocidad al circular por la zona. Allí los conductores se quejan de que esto provoca que en las hora punta el tráfico rodado en esta zona sea lento, aunque aseguran que son "necesarios" ya que al ser la salida de la autovía es bueno "que no se exceda demasiado el límite de velocidad".

Pero tanto los vecinos de Torremolinos como los de Benalmádena explican que es necesario una mayor señalización de los lugares donde están ubicados los badenes, porque aseguran que hay algunos "que ni se ven". Fuentes municipales explicaron que las peticiones de los vecinos para instalar badenes "son muchas", pero que todos los proyectos son estudiados por técnicos municipales y que los nuevos, "se ajustarán a lo que la ley marque".

En la capital se han colocado en diversos lugares, como la zona de Olletas, aunque lo que provocaba es que los vehículos los esquivaran cambiando de carril y usando parte de la acera. Así, un elemento que se usó como remedio para ganar en seguridad de los peatones, fue una enfermedad que creó más peligro en la zona. Donde sí están funcionando es en la zona de Guadalmar. Fueron una de las primeras actuaciones municipales después de que el Consistorio malagueño anunciara una ordenanza en la que los vecinos podían proponer qué tipo de reductores de velocidad querían en sus calles y dónde ubicarlos. La vía paralela a la autovía es usada por muchos como escapatoria a los espectaculares atascos de la A-7 a una alta velocidad y llegaba a poner en peligro a los residentes en la barriada, que ahora han ganado en seguridad. "Aunque lo mejor sería que no tuviésemos que instalarlos, significaría que todos respetan la velocidad máxima a la que se puede circular", asegura el concejal de Movilidad, Juan Ramón Casero.

En Marbella, en el último año el Ayuntamiento ha instalado de oficio bandas reductoras en los alrededores de la mayoría de los centros educativos y de las instalaciones deportivas. Además, la Delegación de Tráfico y Circulación también los ha colocado en algunas zonas donde los han solicitado los vecinos. De hecho, incluso han tenido que rechazar algunas peticiones porque se corría el riesgo de poner estos reductores de velocidad en casi todas las calles del término, según indica el concejal responsable del área, Diego Eyzaguirre (PP).

Igual ocurre en la Avenida los Reales, único lugar donde están colocados en Estepona. Allí las quejas se centran en que son demasiado altos y pueden afectar a sus coches, pero también han sido muy eficaces, ya que los coches que bajan a una alta velocidad de la Sierra Bermeja se ven obligados allí a frenar, justo a la entrada del casco urbano. Además, el Ayuntamiento está elaborando una ordenanza para calmar el tráfico con diferentes actuaciones, entre las que se recogen pasos de peatones elevados.

Esa opción es la que han tomado muchos ayuntamientos en los últimos tiempos. La calle Pío XII o la zona del Paseo Real de Antequera son un ejemplo de ello. Ambas vías son anchas e invitaban a correr, pero ahora todo ha cambiado y, además, se han ganado nuevos pasos de cebra. Igual ocurre en la Avenida Martínez Astein de Ronda, en la zona de Las Lagunas, en Mijas o en los alrededores del colegio Villar Palasí de Vélez-Málaga.

Es lo más parecido a los modelos que propone el Ministerio de Fomento, que indica que los badenes deben ser "pasos de peatones sobreelevados" o reductores de velocidad tipo "lomo de asno", aunque estos deben instalarse en las zonas donde sea "frecuente" la circulación de autobuses. Además, deben estar ubicados a una distancia entre 50 y 200 metros e ir acompañados de señalización horizontal y vertical.

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