El proyecto de rehabilitación del edificio prevé recuperar las tejas vidriadas originales de color verde · Las obras deberán estar acabadas antes del próximo verano
Las obras de restauración del histórico mercado de Atarazanas de la capital avanzan a buen ritmo. Los trabajos se centran ahora en rehabilitar la estructura metálica del edificio de la que se ha eliminado la pintura antigua y todos los elementos que se le han ido añadiendo con el paso del tiempo.
En sustitución de los 3.000 metros cuadrados de placas de amianto que cubrían el tejado del edificio, y que fueron retirados a principios de año por la empresa Demoliciones F. T., se volverán a recuperar las tejas vidriadas originales de color verde que tenía el inmueble diseñado por el arquitecto Joaquín Rucoba en el siglo XIX.
La eliminación del techo de uralita, cuya utilización está totalmente prohibida desde hace ocho años por su relación con algunos tipos de cáncer y enfermedades pulmonares, ha permitido reparar la estructura metálica que había sufrido serios daños.
Pero los operarios de la empresa Sacyr, adjudicataria de las obras de reforma, también trabajan en allanar el suelo del edificio, que será sustituido por un nuevo pavimento de un material de resina más fácil de limpiar, que será continuo y sin juntas para evitar que se incruste la suciedad. Es una de las novedades del proyecto de los arquitectos encargados del nuevo diseño del edificio, José González Gallegos y María José Aranguren, que pretenden con su proyecto dar un aire de modernidad al emblemático edificio.
También será novedoso el diseño de los nuevos puestos de los comerciantes del mercado que serán modulares en forma de vagones alineados y que estarán adornados con paneles de vivos colores para aumentar la luminosidad del interior.
Eso se conseguirá gracias a la colocación de las nuevas vidrieras y a la eliminación del falso techo que impedía la entrada de la luz natural.
La recuperación del edificio a su estado original que perseguían los arquitectos con su proyecto obligó a derribar la construcción de hormigón que se levantó en el centro a finales de los años 60 para ubicar las oficinas y la cafetería del mercado.
Si todo marcha conforme a lo previsto, las obras de rehabilitación deberán estar terminadas antes del próximo verano. Al menos ese fue el compromiso del Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento de Málaga con los comerciantes del mercado central que se trasladaron temporalmente al edificio ubicado sobre el aparcamiento de la calle Camas.
Las obras de restauración del histórico mercado de Atarazanas de la capital avanzan a buen ritmo. Los trabajos se centran ahora en rehabilitar la estructura metálica del edificio de la que se ha eliminado la pintura antigua y todos los elementos que se le han ido añadiendo con el paso del tiempo.
En sustitución de los 3.000 metros cuadrados de placas de amianto que cubrían el tejado del edificio, y que fueron retirados a principios de año por la empresa Demoliciones F. T., se volverán a recuperar las tejas vidriadas originales de color verde que tenía el inmueble diseñado por el arquitecto Joaquín Rucoba en el siglo XIX.
La eliminación del techo de uralita, cuya utilización está totalmente prohibida desde hace ocho años por su relación con algunos tipos de cáncer y enfermedades pulmonares, ha permitido reparar la estructura metálica que había sufrido serios daños.
Pero los operarios de la empresa Sacyr, adjudicataria de las obras de reforma, también trabajan en allanar el suelo del edificio, que será sustituido por un nuevo pavimento de un material de resina más fácil de limpiar, que será continuo y sin juntas para evitar que se incruste la suciedad. Es una de las novedades del proyecto de los arquitectos encargados del nuevo diseño del edificio, José González Gallegos y María José Aranguren, que pretenden con su proyecto dar un aire de modernidad al emblemático edificio.
También será novedoso el diseño de los nuevos puestos de los comerciantes del mercado que serán modulares en forma de vagones alineados y que estarán adornados con paneles de vivos colores para aumentar la luminosidad del interior.
Eso se conseguirá gracias a la colocación de las nuevas vidrieras y a la eliminación del falso techo que impedía la entrada de la luz natural.
La recuperación del edificio a su estado original que perseguían los arquitectos con su proyecto obligó a derribar la construcción de hormigón que se levantó en el centro a finales de los años 60 para ubicar las oficinas y la cafetería del mercado.
Si todo marcha conforme a lo previsto, las obras de rehabilitación deberán estar terminadas antes del próximo verano. Al menos ese fue el compromiso del Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento de Málaga con los comerciantes del mercado central que se trasladaron temporalmente al edificio ubicado sobre el aparcamiento de la calle Camas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario