martes, 18 de noviembre de 2008

Los cambios en el proyecto del puerto permitirán la llegada de cruceros Segunda fase, hacia poniente. Marbella (SUR)

Las obras, pendientes del último trámite administrativo, saldrán a licitación antes de 2012. Tendrán un coste de 52 millones de euros y se ejecutarán en el plazo de dos años

Marbella podrá recibir turismo de cruceros, si no grandes sí al menos medianos. La más que justificada reivindicación ciudadana que malogró la frustrada ampliación de Puerto Banús podrá materializarse con la ampliación del puerto de La Bajadilla, cuyo proyecto recorre actualmente la última etapa de tramitación antes de la licitación de las obras.
La inclusión de una dársena con capacidad para acoger embarcaciones turísticas de hasta sesenta metros -lo que equivale a cruceros medianos, según explicaron fuentes de la Empresa Pública de Puertos de Andalucía (EPPA)- ha sido posible con la modificación del proyecto, aprobado definitivamente este mes y al que ha tenido acceso este periódico.
Este cambio permite además desbloquear la situación a la que se había llegado después de que tras la presentación de la propuesta original, el Ayuntamiento mostrara su rechazo y llegara a proponer con el respaldo del Centro de Iniciativas Turísticas un proyecto alternativo con 915 atraques en lugar de los 508 previstos inicialmente.
El proyecto actual, de 650 atraques que se construirán hacia mar abierto, no colma las pretensiones municipales y empresariales de contar con un recinto que se acerque al millar de amarres, pero alberga la posibilidad de una segunda fase, para la que aún no existen plazos, en la que sí se alcanzaría esa cifra.
Fuentes del Ayuntamiento consultadas sostienen que el equipo de gobierno da por buena la opción elegida, sobre todo por la inclusión del atraque para cruceros en esta primera etapa y porque la ejecución del proyecto ya aprobado permitirá iniciar las obras en un periodo relativamente corto de tiempo.
El Ayuntamiento considera una prioridad que Marbella pueda contar cuanto antes con un puerto deportivo acorde a sus necesidades, y admite que cualquier nuevo cambio en el proyecto supondría un retraso que acabaría atentando contra los intereses de la ciudad. La construcción de puertos, según explican desde la EPPA, supone una tramitación engorrosa que lleva años, sobre todo por los estudios medioambientales necesarios.
La empresa de puertos está pendiente ahora de la aprobación del último trámite administrativo -la adscripción de las aguas afectadas por el proyecto, que pasarán de la competencia estatal a la autonómica- para sacar a licitación las obras, cuyo presupuesto ascenderá a 52 millones de euros, tras la aprobación el pasado mes de agosto del informe medioambiental.

Aportación de arena

La empresa que obtenga el concurso se hará cargo de la financiación del proyecto, y obtendrá a cambio la concesión del puerto, en un modelo similar al utilizado en su día para la construcción y explotación de Puerto Banús.
Fuentes de la EPPA han asegurado a este periódico que la potencia turística de Marbella asegura que existan empresas interesadas en asumir este proyecto pese a la actual situación de crisis económica. Un escenario sin constructoras interesadas no forma parte de las hipótesis con la que trabaja la empresa pública, que sí prevé esa posibilidad en otros puertos previstos en el litoral andaluz en los que la financiación será pública.
Las condiciones de la concesión incluirán una cláusula que comprometerá a la empresa adjudicataria a hacerse cargo del mantenimiento de la playa colindante y la reposición de arena.
La licitación se sacará durante la presenta legislatura, y desde la EPPA no se descarta que ello se produzca incluso el año próximo. El pasado viernes, la directora gerente de la empresa pública, Montserrat Badía, anunció a la prensa especializada en el Salón Náutico de Barcelona la licitación durante 2009 de los puertos de Benalmádena, Caleta de Vélez y Carboneras (Almería). La falta del trámite de adscripción de aguas, según las fuentes consultadas, fue lo único que impidió que se incluyera en ese anuncio al proyecto de Marbella.
Una vez licitadas, el plazo previsto para la ejecución total de las obras es de dos años. El puerto de La Bajadilla sólo podrá alcanzar el millar de amarres, una cifra similar a la de Puerto Banús, con una segunda fase, un proyecto que se encuentra en fase de estudio por parte de los técnicos de la EPPA. En esta segunda etapa, el puerto se ampliaría hacia poniente con la ocupación de unos 400 metros sobre la línea de costa.
De esa manera, el recinto sumaría el millar de atraques, número que se aspira a alcanzar desde el Ayuntamiento y por el que también apostaron las organizaciones empresariales encabezadas por el Centro de Iniciativas Turísticas

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