miércoles, 25 de febrero de 2009

El metro echa raíces (SUR)

Los ficus centenarios de la Alameda Principal se enfrentan a pruebas con sistemas de última tecnología que determinarán la ubicación y la profundidad de los futuros túneles del suburbano a su paso por el Centro

Un grupo de estudiantes Erasmus que acaba de terminar la fiesta y espera el autobús y los pocos turismos que cruzan la avenida a la una de la madrugada son los únicos testigos de lo que está ocurriendo alrededor de uno de los ficus centenarios, cerca de la parada de taxis de la Alameda. Una decena de técnicos se agolpa frente a su tronco irregular.
Uno de los profesionales, un joven británico, empuja un carrito de ruedas que en realidad es una avanzada herramienta de medición subterránea. Tan avanzada, que la máquina ha llegado desde Reino Unido y los datos obtenidos se procesarán en Estados Unidos.
Sobre el tronco se ha colocado un anillo de sensores. Golpean con cuidado la corteza con un pequeño martillo. Mientras, otra investigadora esgrime una especie de taladro que introduce una broca de pocos milímetros en el tronco.
La Consejería de Obras Públicas de la Junta ha previsto todo un despliegue humano y técnico para preservar los árboles centenarios ante la próxima construcción de los túneles del metro en el Centro.
La Alameda está poblada por 47 árboles. De éstos, 41 son ficus microcarpa. Aunque se analizará el estado de todos ellos, el principal foco de interés lo constituyen los 23 que están considerados de gran porte, y que, según los estudios preliminares elaborados por Tecnoma, filial del Grupo Typsa que está encargada de los trabajos, tienen una antigüedad de unos 130 años.
La redacción del proyecto constructivo del suburbano entre el río Guadalmedina y La Malagueta, esto es, bajo la Alameda Principal y el Paseo del Parque, está condicionada por la necesidad de preservar las raíces y evitar que se puedan dañar durante las excavaciones.
Ricardo Veroz, ingeniero de Montes de Tecnoma, describe las tres técnicas que integran el trabajo de campo, que se inició el pasado lunes de madrugada, y que permitirá descubrir tanto el estado actual del arbolado como la ubicación real de las raíces en el subsuelo. El experto destaca que son operaciones no invasivas, esto es, que no causan daño al árbol.
La más destacada, por ser pionera en España, se ha llevado a cabo durante la madrugada del lunes y del martes. El llamado 'tree radar', -aparentemente, un carro que va haciendo pasadas a lo largo de la calle y alrededor del árbol- está equipado con dos tipos de antenas: una para localizar raíces de hasta un metro de profundidad y un centímetro de diámetro; y otra, que alcanza hasta cuatro metros bajo tierra. Esta prueba será la clave para valorar el método constructivo más adecuado, la profundidad a la que discurrirá el túnel y el espacio en el que hay que trabajar.

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