Destaca la "disponibilidad" del propietario mayoritario, Vallehermoso, a alcanzar un acuerdo · El diseño final del espacio se definiría en un concurso de ideas, aunque el costo rondaría los 15 millones
El destino de las 54 hectáreas de Arraijanal, uno de los enclaves más estratégicos de la capital y cuyo recorrido a lo largo de las últimas décadas ha estado marcado por la polémica, empieza a definirse. Al menos en lo que respecta a la Junta de Andalucía, administración que promueve desde hace años su protección, frente al Ayuntamiento de Málaga, que defiende la construcción de más de 600 casas. El consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Espadas, acudió ayer a la capital para poner sobre la mesa la idea que tiene su departamento para este espacio y que pasa por la construcción de un parque-balneario, de carácter metropolitano, con un coste que rondaría los 15 millones de euros.
El esbozo fue presentado ante los medios de comunicación antes de que tuviese conocimiento del mismo el alcalde, Francisco de la Torre, al que se hará llegar en estos días. El consejero tendió la mano al regidor y confió en disponer de el apoyo del equipo de gobierno en esta iniciativa, a pesar de lo cual se mostró crítico con la actitud del Consistorio, al entender que "no ha colaborado en la búsqueda de un acuerdo con los propietarios privados". "Parece no interesarle el interés público, sino el privado, que lleve a construir una serie de chalés y hoteles", sentenció.
El principal interrogante que se mantiene sobre el futuro de Arraijanal es cómo este terreno privado se convertirá en público. Espada informó de los contactos que ya se han mantenido con el dueño mayoritario del sector, la empresa Vallehermoso, que posee el 60%, y que, según apuntó el consejero, tiene "una magnífica disponibilidad" a allanar el camino que permita dar uso ciudadano a este enclave.
"Los privados opinan que si las administraciones estamos de acuerdo en que sea un espacio público, lo estarán también ellos", comentó el titular de Vivienda y Ordenación del Territorio, para el que la opción de que la parcela sea protegida es "una magnífica lotería" para los malagueños. No obstante, la aquiescencia de los actuales propietarios pasa por "una propuesta equilibrada en lo económico", sobre la base, "al menos, de lo que les costó", cifra que no fue precisada. Asimismo, existe la opción de compensar los aprovechamientos urbanísticos de los que disponen estos privados en otra zona de la ciudad, para lo que sería preciso el acuerdo con el Ayuntamiento.
La propuesta autonómica, que el consejero comparó con otros espacios como el parque de El Alamillo, en Sevilla, y el de Los Toruños, en la Bahía de Cádiz, supone la transformación de un espacio baldío y su transformación en una gran zona de esparcimiento metropolitana. El diseño, que deberá formalizarse mediante un concurso de ideas, delimita tres zonas. La primera, incluiría la línea de playas y dunas, para lo que se prevé la regeneración de dos o más cordones dunares, que quedarían fijados mediante una vegetación adecuada, así como la ejecución de un paseo en tres plataformas para acceder a la playa y al interior del parque.
El segundo escenario estaría conformado por los ecosistemas de bosque y matorral mediterráneo, donde se dispondrá una formación de pinar y acebuchal, al norte, y un algarrolbal y alcornocal, al sur. Esta intervención se complementaría con miradores de madera como observatorios del paisaje y pájaros. La tercera zona estaría en la franja más próxima a la carretera y se dedicaría a equipamientos deportivos, auditorio y piscina cubierta.
Estas tres delimitaciones estarían conectadas por una serie de paseos, uno de ellos destinado a la práctica de equitación, y se plantea la ejecución de un jardín botánico, como elemento del proyecto pedagógico ideado para el parque, que podría ser un complemento al jardín de La Concepción, con aulas de exhibición, de formación y mediateca. Junto a esta dotación se haría un edificio destinado a aula del paisaje, la arqueología y la historia del litoral de Málaga.
La propuesta autonómica fue bien recibida por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, quien dijo que le parece "bien" siempre que sea el Gobierno autonómico "el que asuma los costes". El regidor admitió que lo mostrado por Espada es "un detalle mayor" de lo que establece el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Málaga (POTAUM). "Trataré de evitar que el parque le cueste dinero a los malagueños", apostilló.
El esbozo fue presentado ante los medios de comunicación antes de que tuviese conocimiento del mismo el alcalde, Francisco de la Torre, al que se hará llegar en estos días. El consejero tendió la mano al regidor y confió en disponer de el apoyo del equipo de gobierno en esta iniciativa, a pesar de lo cual se mostró crítico con la actitud del Consistorio, al entender que "no ha colaborado en la búsqueda de un acuerdo con los propietarios privados". "Parece no interesarle el interés público, sino el privado, que lleve a construir una serie de chalés y hoteles", sentenció.
El principal interrogante que se mantiene sobre el futuro de Arraijanal es cómo este terreno privado se convertirá en público. Espada informó de los contactos que ya se han mantenido con el dueño mayoritario del sector, la empresa Vallehermoso, que posee el 60%, y que, según apuntó el consejero, tiene "una magnífica disponibilidad" a allanar el camino que permita dar uso ciudadano a este enclave.
"Los privados opinan que si las administraciones estamos de acuerdo en que sea un espacio público, lo estarán también ellos", comentó el titular de Vivienda y Ordenación del Territorio, para el que la opción de que la parcela sea protegida es "una magnífica lotería" para los malagueños. No obstante, la aquiescencia de los actuales propietarios pasa por "una propuesta equilibrada en lo económico", sobre la base, "al menos, de lo que les costó", cifra que no fue precisada. Asimismo, existe la opción de compensar los aprovechamientos urbanísticos de los que disponen estos privados en otra zona de la ciudad, para lo que sería preciso el acuerdo con el Ayuntamiento.
La propuesta autonómica, que el consejero comparó con otros espacios como el parque de El Alamillo, en Sevilla, y el de Los Toruños, en la Bahía de Cádiz, supone la transformación de un espacio baldío y su transformación en una gran zona de esparcimiento metropolitana. El diseño, que deberá formalizarse mediante un concurso de ideas, delimita tres zonas. La primera, incluiría la línea de playas y dunas, para lo que se prevé la regeneración de dos o más cordones dunares, que quedarían fijados mediante una vegetación adecuada, así como la ejecución de un paseo en tres plataformas para acceder a la playa y al interior del parque.
El segundo escenario estaría conformado por los ecosistemas de bosque y matorral mediterráneo, donde se dispondrá una formación de pinar y acebuchal, al norte, y un algarrolbal y alcornocal, al sur. Esta intervención se complementaría con miradores de madera como observatorios del paisaje y pájaros. La tercera zona estaría en la franja más próxima a la carretera y se dedicaría a equipamientos deportivos, auditorio y piscina cubierta.
Estas tres delimitaciones estarían conectadas por una serie de paseos, uno de ellos destinado a la práctica de equitación, y se plantea la ejecución de un jardín botánico, como elemento del proyecto pedagógico ideado para el parque, que podría ser un complemento al jardín de La Concepción, con aulas de exhibición, de formación y mediateca. Junto a esta dotación se haría un edificio destinado a aula del paisaje, la arqueología y la historia del litoral de Málaga.
La propuesta autonómica fue bien recibida por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, quien dijo que le parece "bien" siempre que sea el Gobierno autonómico "el que asuma los costes". El regidor admitió que lo mostrado por Espada es "un detalle mayor" de lo que establece el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Málaga (POTAUM). "Trataré de evitar que el parque le cueste dinero a los malagueños", apostilló.
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