jueves, 23 de julio de 2009

Será un PGOU con dos tallas menos del que la ciudad necesita (La Opinión)

La falta absoluta de diálogo entre el Ayuntamiento y la Junta condena a la ciudad a un plan general que la maniata en su necesaria expansión


Arraijanal. El símbolo del desencuentro Junta-Ayuntamiento.

JAVIER GARCÍA RECIO. MÁLAGA El desarrollo urbanístico de Málaga se encuentra en suspenso a la espera de la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que ha tramitado el Ayuntamiento de Málaga y que ahora espera el veredicto final de la Junta de Andalucía. El resultado, como en los partidos trucados, ya se sabe. Será un PGOU recortado, de patitas cortas, muy de andar por casa; una especie de Exin Castillos.
Málaga va a tener un PGOU pequeño, con dos o tres tallas menos del que la ciudad necesita. La causa es la dura confrontación que mantienen en este tema de la planificación urbanística, y en muchos otros, la administración local, en manos del PP, y la autonómica andaluza, en manos socialistas.
Esa confrontación, que ninguna ha sabido solventar, tendrá un resultado dañino para el PGOU y para el futuro de la ciudad, para su proyección. Será una ciudad maniatada en su expansión por una planificación urbanística chata.
Haremos aquí un repaso de los principales proyectos que han embrollado Ayuntamiento y Junta. Limonar Alto, es decir, el desarrollo urbanístico por encima de la ronda Este: el PGOU planea la ocupación de un suelo de 1.660.000 metros cuadrados con una baja densidad que no supere las 600 viviendas, con la obligación de reforestar el entorno y de desarrollar dos equipamientos de interés para la ciudad. La Junta niega la urbanización de la zona por el impacto negativo de unos terrenos de "alto valor paisajístico" que incidiría en su erosión.
Arraijanal. Una gran zona virgen entre la desembocadura del Guadalhorce y el límite con Torremolinos. En el PGOU se plantea un desarrollo urbanístico con viviendas, hotel y zona comercial. Por contra, la Junta estima "inviables" estas actuaciones al estimar que van contra la preservación de los "valores naturales botánicos y faunísticos" del lugar y ha anunciado que convertirá al lugar en un gran parque urbano y marítimo. Además le pide al Ayuntamiento que le facilite la negociación con los dueños del terreno para que pueda compensarlos con aprovechamientos urbanísticos en otro lugar. El Ayuntamiento se niega a esto alegando que sería un coste para los malagueños y que si la Junta quiere hacer allí un parque... que se busque la vida.
Una tercera desavenencia viene de la recalificación de 125.000 metros cuadrados de suelo protegido frente al Jardín Botánico, en Ciudad Jardín, donde se proyectaba la construcción del nuevo colegio de los Maristas.
La Junta considera que los terrenos donde se trasladarían los Maristas "son suelos protegidos por planificación territorial y urbanística" al estar colindantes con los Montes de Málaga, por lo que considera que el proyecto "no se justifica".
En estos casos los desencuentros son insalvables y la Junta va a dejar fuera del PGOU estos tres proyectos. Hay otros de difícil salida, pero sobre los que la Junta abre la posibilidad del diálogo y con ello su aceptación final.
Se trata del proyecto del puerto deportivo en el Morlaco, que necesita de un plan especial para la costa; de la construcción de más de 4.000 viviendas en la vega del río Campanillas, una zona con alto riesgo de ser inundable, pero que con la ejecución de medidas correctoras podrían salir adelante; y de la construcción en la sierra de Churriana.

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