20.03.10 - 02:29 -
La institución cambiará el aparcamiento de la plaza de la Marina por un palacete del XVIII, cuya recuperación costará 2,5 millones de euros.
La falta de perspectiva de los beneficios a largo plazo o la visión a corto plazo de las molestias por el trajín diario de máquinas y operarios hacen que muchos vecinos de la ciudad lamenten con amargura que las obras del metro pasen cerca de su casa. Justo lo contrario le sucede a Miguel Ángel Piédrola. Y eso que la construcción del suburbano se llevará por delante (en el sentido literal de la expresión) las dependencias del museo que dirige desde hace ocho años.
Porque las obras del metro han hecho que el Museo Interactivo de la Música (MIMMA) vea la luz al final del túnel. En realidad, del aparcamiento subterráneo de la plaza de la Marina donde tiene su sede. Si los plazos se cumplen, dentro de un año cambiará la oscuridad del 'parking' bajo tierra por un luminoso edificio en la calle Beatas.
Se trata del Palacio del Conde de las Navas, un inmueble del siglo XVIII cuya rehabilitación acaba de sacar a concurso la Gerencia Municipal de Urbanismo. Un edificio señorial que, gracias al traslado del MIMMA, podrá recuperar el esplendor perdido. Lo hará gracias a una reforma que cuenta con un presupuesto de 2,5 millones de euros, salidos del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local. Y esa procedencia exige que las obras estén terminadas antes de la próxima primavera, tal y como argumenta el director del museo.
Piédrola es consciente de que la nueva ubicación hará posible «una salto de calidad» en la oferta cultural del MIMMA. Una agenda que ya es bastante intensa en su emplazamiento actual, pero que dará «mucho más de sí» en el edificio de la calle Beatas. «Queremos incidir en el carácter interactivo del museo. Así, a través de la aplicación de las nuevas tecnologías, será posible ofrecer una visita personalizada a cada usuario que venga a conocernos», argumenta.
Un traje a medida confeccionado a partir de un breve cuestionario en el que cada espectador aportará junto a sus datos personales una referencia sobre sus gustos, preferencias e intereses en el mundo de la música. «El lema del MIMMA es 'Se ruega tocar'. Queremos que cada espectador participe en su visita. A través del uso de pantallas táctiles podemos hacer que la información ofrecida se adapte a cada visitante», añade Piédrola.
El director del espacio municipal afronta con entusiasmo la nueva etapa que se abre en el horizonte del MIMMA. Frente a los planos de su futura sede, Miguel Ángel Piédrola esboza un breve paseo imaginario por las dependencias que deben estar listas en una vuelta de calendario.
Habla el director del centro: «La actuación irá mucho más allá de la rehabilitación de la casa-palacio del Conde de las Navas. Se va a construir un nuevo sótano en dos niveles donde irán dos espacios multimedia y salas de exposiciones. Todavía no está definido, pero la idea es que allí se monte una parte de la colección permanente».
Más de mil piezas
Una parte, porque los fondos de la institución superan el millar de piezas, de las que ahora se muestran menos de la mitad. «Tampoco podemos exhibirlas todas. Además, esa circunstancia nos permite ofrecer un discurso más dinámico a través de diferentes muestras temporales», en palabras de Piédrola.
Sigue el paseo a vista de plano. Tras franquear la entrada por la calle Beatas, el visitante encontrará un aula didáctica destinada a los más pequeños. Un espacio para niños menores de cinco años que incide en uno de los públicos a los que el MIMMA quiere dedicar una atención preferente: las familias.
Sin abandonar la planta baja, la nueva sede tendrá uno de sus grandes alicientes en el patio trasero del inmueble. «Esta zona puede estar dedicada a temas como la física del sonido o la acústica. Se trata de un espacio polivalente en el que tendremos la posibilidad de organizar multitud de actividades», acota Piédrola, quien apostilla que junto al patio se integrarán los restos de una muralla musulmana de la época medieval.
El proyecto de la nueva sede del MIMMA -firmado por la arquitecta Amparo Balón Alcalá- contempla un equipamiento de 1.696,20 metros cuadrados en el que la faceta rehabilitadora del inmueble convive con la construcción de nuevos espacios; en particular, las dos plantas de sótano bajo el jardín trasero. Ya dentro del palacete, la primera planta se reserva para las exposiciones temporales, cuyas salas compartirán espacio con un salón de actos para unas 40 personas.
Por último, el segundo nivel del Palacio del Conde de las Navas quedará para usos administrativos, si bien Miguel Ángel Piédrola hace un alto en la charla para destacar un espacio previsto en esta zona: «Ahí podremos instalar la biblioteca, que será muy útil para investigadores de todo lo relacionado con la música, ya que contamos con un fondo muy importante de títulos especializados».
Con todo eso, el MIMMA entonará una nueva melodía.
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