sábado, 20 de marzo de 2010

MÁLAGA Un soho a la malagueña. (SUR)

Han sabido mirar más allá de la prostitución, de la degradación urbana, de los edificios vacíos, de los locales con carteles de 'Se alquila', para fijarse en hitos urbanos y culturales como la Equitativa, el teatro Alameda, el Centro de Arte Contemporáneo (CAC), la iglesia de Stella Maris, los edificios de viviendas característicos, volcados al río Guadalmedina y a la Alameda Principal, el Archivo Municipal y el palacete de Trinidad Grund. Figuras del mundo de la cultura, la música, el flamenco, empresarios, políticos y periodistas tienen su punto habitual de reunión en locales de este entorno y son el germen de una propuesta innovadora que ya ha comenzado ha fraguarse a todos los ámbitos.
Empresarios del entorno del Ensanche de Heredia, comerciantes, vecinos y usuarios se han unido para lanzar la propuesta de crear un soho, un distrito cultural -al estilo de los que existen en las principales capitales del mundo- en el área urbana delimitada por la plaza de la Marina, la Alameda, el puerto y el Guadalmedina, que tendría su epicentro en la calle Tomás de Heredia.
Los impulsores de la iniciativa, que próximamente se unirán en asociación, plantean la peatonalización de esta céntrica vía, una conexión directa con el puerto y el traslado de los puestos de flores a este eje desde su ubicación actual en la Alameda Principal, con una concepción similar a la de la Rambla de Barcelona, según el proyecto inicial que han redactado y al que ha tenido acceso SUR.
Algunos de estos cambios ya se han planteado para su inclusión en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). «Tomás de Heredia sería el verdadero eje central del Ensanche, con una mayor integración en los circuitos peatonales del Centro, nexo de unión entre el Casco Histórico y el puerto con sus nuevos usos» (con los muelles 1 y 2 abiertos al uso ciudadano). En cuanto al traslado de las floristerías desde la Alameda Principal, se justifica por su actual situación, «con un acceso incómodo a los viandantes», y máxime cuando en breve la zona estará afectada por las obras del metro.
El colectivo reclama además medidas para facilitar la implantación de negocios singulares, jóvenes emprendedores, creadores locales y comercios originales, «al margen del circuito de franquicias del Casco Histórico», en los numerosos locales que están vacíos. Para ello, piden una agilización de los trámites burocráticos de las licencias de apertura de bares, restaurantes y comercios y acciones concretas de apoyo a la implantación en este entorno.
En este punto, el documento aboga por aplicar un criterio diferenciado para la concesión de licencias de bares con música al que se tiene en cuenta en el Casco Histórico, «acústicamente saturado», lo que, a juicio de los empresarios, «contribuiría definitivamente a desterrar la marginalidad del Ensanche, evitando las incómodas y poco deseables circunstancias actuales, al proporcionar una vida nocturna de calidad al entorno».
Arte en la calle
El edificio de La Equitativa actuaría como referente visual del futuro soho, accesible desde la calle Larios, y tendría entre sus principales ejes, junto a los comercios de las vías peatonales, el teatro Alameda y el CAC, con el circuito cultural y empresarial que lo rodea. Incluso cuenta con sus propios alojamientos, con el hotel Room Mate Lola como principal exponente.
Para que el soho tenga todos sus ingredientes es necesario fomentar la vida artística y social de las calles, con iniciativas novedosas o con el traslado de algunas de las que ya se celebran en otros puntos de la capital. Entre las propuestas aparecen exposiciones de creadores incipientes, conciertos de jazz, flamenco y música clásica y representaciones teatrales tanto de profesionales como de estudiantes; actividades infantiles y mercadillos de arte, discos, libros, filatelia, ropa, etc.
Y ello sin perder de vista el puerto y el mar, para el que el proyecto reclama el derribo del muro, de manera que tuviera acceso directo desde el muelle de Heredia. Se trataría así de «favorecer la circulación de cruceristas desde este punto hacia Atarazanas y el Centro Histórico, a través de una zona especialmente efervescente y moderna».
Pero los ideólogos del plan son conscientes de que no puede haber futuro para un barrio sin vecinos, y por ello otro de los pilares sería el relanzamiento del uso residencial de esta zona, incentivando la rehabilitación de viviendas, la ocupación de las que están vacías y la transformación de las antiguas oficinas en desuso.

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